Asaja Córdoba se opone al trasvase Iznájar-Antequera mientras no se responda a las demandas de la provincia
Considera prioritario dar respuesta a la ampliación de los regadíos y corregir el agravio histórico sufrido por el campo cordobés
El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, ha puesto de manifiesto su “rotundo rechazo” al trasvase Iznájar-Antequera que pretende impulsar la Junta de Andalucía tras el verano y que cuenta también con la autorización de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
Fernández de Mesa ha afirmado que “mientras no se solucionen las demandas históricas de regadío para la provincia”, se opondrá con firmeza a cualquier autorización de uso de agua de Córdoba hacia otras provincias, pues hacerlo “supondría ahondar aún más en el agravio a Córdoba como ha ocurrido hasta ahora, lo cual no sería ni justo ni razonable por el perjuicio que supondría a los agricultores y al campo cordobés”.
Y es que, en Córdoba, según datos de la Consejería de Agricultura, se han dejado de usar desde los años 90, o no se han asignado dotaciones previstas en el Plan Hidrológico, un mínimo de 228 Hm3, mientras que en otras provincias se han ido incrementando los regadíos desde esa fecha. Esos 228 Hm3 procederían de las zonas regables del Guadalmellato, Guadajoz, riegos con toma directa y Genil Cabra, entre otras, y daría para poner 150.000 hectáreas de olivar en riego, “lo cual supondría mucho empleo y riqueza”.
Asaja lleva tiempo reclamando que la gran demanda de la provincia es la necesidad de ampliar regadíos en Córdoba para garantizar un futuro a las explotaciones de la provincia.
Y es que Córdoba es la provincia de la cuenca del Guadalquivir que más agua almacena (un 49,55%) y la que menos riegos tiene (solo un 16,83%). También, Córdoba es la provincia que menos porcentaje de olivar en riego tiene en esta cuenca (solo un 14,39%) a pesar de ser la segunda en superficie de olivar, por lo que “esta situación empobrece nuestras zonas rurales debido a la penosa situación de los cultivos de secano, que hace que sólo los riegos sean competitivos”.
El primer paso sería la finalización de la zona regable del Genil Cabra, cuya ampliación está planificada hace años y que hace una semana se han conocido los primeros pasos para su ampliación, por lo que esperamos que se hagan con su agilidad. No obstante, habrá que analizar el proyecto para ver en qué condiciones se realiza el mismo.
Asimismo, de forma paralela en esta zona regable, deberían realizarse los estudios necesarios para permitir también la ampliación de la margen derecha del Canal Genil-Cabra en Puente Genil. Además de ello, sería necesario modernizar los riegos con toma directa del Guadalquivir, que nunca han tenido ayudas para su mejora y son básicos para el empleo y el desarrollo económico en toda la Vega del Guadalquivir.
Pero, por otro lado, también hay que tener en cuenta que sigue yendo mucha agua al mar durante diferentes épocas del año, pues no se permiten bombeos directos a balsas de aguas de escorrentía invernales, tal y como ya ha solicitado también la comunidad de regantes de Jauja (Lucena) quienes están viendo cómo la escasa rentabilidad de sus plantaciones de olivar en régimen de secano ubicadas en zona de mínima pluviometría está haciendo morir la economía de todo un pueblo.
También, “se ponen todo tipo de trabas a la construcción de balsas y microembalses, en muchos casos por la falta de coordinación entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y las consejerías que han tenido o tienen estas competencias, que cada una actúa por su cuenta”. Existen limitaciones al uso de aguas regeneradas (que parecía en vías de solución, pero no acaba de resolverse), o limitaciones a nuevas concesiones de aguas subterráneas y legalizaciones de pozos, todo lo cual frena la inversión y la generación de riqueza.
Además, no se soluciona el problema del tapón salino que, con 150 millones de euros estaría resuelto y se liberarían otros cerca de 100 Hm3. Y tampoco puede olvidarse que, en esta cuenca del Guadalquivir, hay unas importantes zonas ganaderas en la Sierra de Córdoba que, a veces, tienen problemas muy serios de abastecimiento de agua para el ganado, como en este año, que podrían solucionarse con autorizaciones, por parte de la Confederación Hidrográfica, de microembalses de un volumen mínimo o facilitando la realización de pozos.