Las abundantes lluvias caídas durante los meses de marzo y abril provocaron una considerable crecida del embalse de iznájar, pasando de poco más del 20% que tenía en octubre a más de un 60% que ha alcanzado en este mes de junio, dejando atrás en este 2018 la delicada situación de sequía que afectaba a nuestra comarca.
La llegada del periodo estival y las altas temperaturas han provocado estos últimos días, como es habitual, que el embalse más grande de Andalucía haya empezado a perder agua tras varios meses de crecida.
Tras alcanzar su valor máximo la semana pasada con un 60,35% de su capacidad y 592 hectómetros cúbicos, el embalse iznajeño ha perdido en los últimos días casi medio punto, situándose actualmente al 59,93% con 588,31 hectómetros cúbicos embalsados.
La situación actual del pantano es una de las mejores de los últimos años. Por ejemplo, a estas alturas de junio el pasado año 2017, el embalse de Iznájar se situaba al 44% de su capacidad, prácticamente un 16% menos que actualmente.
La cifra es inferior si se compara con el estado del pantano en el mismo periodo hace diez años. En esta misma semana, en el año 2008, el embalse se encontraba al 71% de su capacidad, un 11% más de lo que embalsa actualmente.