El Pleno del Ayuntamiento de Lucena aprobó anoche, en sesión ordinaria correspondiente al mes de diciembre, el Plan Municipal del Cambio Climático (PMCC), un documento cuya redacción viene impulsando la Concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad en los últimos meses.
La titular de área en el gobierno municipal, la concejala Mamen Beato, presentó el texto como un instrumento de planificación básico para promover la acción coordinada frente a los efectos del cambio climático, con el objetivo principal de reducir los daños presentes y futuros derivados del cambio climático y construir una sociedad más resiliente.
Este Plan Municipal del Cambio Climático se basa en tres pilares fundamentales: la reducción de emisiones, la adaptación al cambio climático y las energías renovables. Y propone actuaciones proyectadas para conseguir resultados en dos horizontes temporales: 2030 y 2050, con prioridad para la primera fecha, que servirá de base para definir claramente hacia donde se dirige el municipio, cómo quiere desarrollarse en el futuro y cuáles son los objetivos que se persiguen.
Beato explicó ante el Pleno que en la elaboración del plan se ha utilizado un proceso participativo donde las opiniones ciudadanas se han complementados con especialistas en la materia, de modo que la metodología de desarrollo del plan se ajusta a la normativa vigente en cambio climático. En concreto, este PMCC de Lucena propone la ejecución en los próximos años de 13 acciones en el marco de mitigación de emisiones, 8 en el de adaptación al cambio climático, 5 acciones de comunicación y participación y dos más transversales a los tres campos.
El Plan apunta a acciones concretas como promover el cambio a vehículos de bajas emisiones o nulas; fomentar el cálculo de la huella de carbono de diferentes organizaciones y el establecimiento de medidas para su reducción; promocionar la generación de energía eléctrica distribuida y el autoconsumo eléctrico con fuentes renovables y con cogeneración, en el sector industrial; elaborar planes de movilidad urbana y espacial; reducir la demanda hídrica a través de la mejora de infraestructuras del ciclo del agua y de la red de distribución; crear un plan contra la sequía; o elaborar un mapa de riesgos por inundación, entre otras propuestas.
A nivel presupuestario, las acciones contenidas en el plan reportan una valoración económica de 2.264.000 euros, desglosadas en 1.560.000 euros en materia de mitigación; 600.000 euros en adaptación; 100.000 euros en comunicación y participación y 4.000 euros en acciones transversales. En la ejecución de este plan, se contempla la posibilidad de acogerse a la financiación abierta en diferentes convocatorias de administraciones superiores.
Mamen Beato describió el contenido del plan como “acciones de ciudad, de adaptación a nuevas circunstancias y avance”, por lo que se trata “de aprobar un Plan Municipal que no solo es de obligado cumplimiento, sino que debe de representar un verdadero compromiso por desarrollar una ciudad más amable, participativa, sostenible, verde y saludable, que mejore las condiciones
de vida y por ende las de la ciudadanía”.
En el debate plenario, IU propuso la retirada del punto del orden del día solicitando más tiempo para conocer en profundidad mediante una sesión de trabajo con el equipo redactor, una petición apoyada por VOX, Ciudadanos y el concejal no adscrito –Francisco Huertas iniciaba en esta sesión su andadura como concejal en esta situación tras su abandono del grupo popular— pero que no salio adelante por los votos de PSOE y PP, que justificaron su posicionamiento en la necesidad de tener listo este plan cuanto antes para poder participar en convocatorias de subvenciones de los fondos Next Generation.
Finalmente, el Pleno procedió a la votación el Plan Municipal del Cambio Climático de Lucena, recibiendo el voto favorable de todos los grupos, con la excepción del voto en contra de VOX y la abstención del concejal no adscrito.
Una vez aprobado el plan, corresponde dar trámite a la fase de exposición pública antes de su entrada en funcionamiento. Posteriormente, se contempla una revisión anual y la aprobación cada dos años del compromiso de seguir adelante con la línea de trabajo incluida en el documento.