Descubriendo la Subbética: El tesorillo andalusí de la Cava
El tesorillo se descubre en 1959 en el transcurso de unas obras en el casco urbano de Priego (madinat Baguh), dentro de cuatro recipientes cerámicos formados por los cuerpos recortados (sin cuello ni asa) de cuatro redomas
El Chivo le dio el picazo,
y Ceferino lo vio,
¡Ahora sí que somos ricos,
eso me lo esperaba yo!
Así comenzaba, según las coplillas populares que se compusieron el año de su hallazgo -1959-, la rocambolesca aventura del hallazgo del mayor tesoro de monedas de época almohade (ss. XII-XIII) conocido en todo al-Andalus y el norte de África. Todavía hoy se conservan 8.544 monedas de aquellas (10 kg) en el Museo Arqueológico de Córdoba, de las que hay expuestas un pequeño conjunto representativo. Sin embargo, según la información de la que disponemos, se llegarían a recuperar hasta unos 14-15 kg, por lo que el lote pudo estar integrado originalmente por unas 12.278 monedas, todas de plata, de tres valores (dirham, medio dirham y cuarto de dirham).
Algo que siempre llama la atención del visitante del museo al contemplarlas es que son cuadradas, lo que responde al hecho de que el cambio de forma es una manifestación física poderosa del programa reformador del movimiento religioso almohade, de carácter integrista, que se ve reforzado además en el contenido religioso de las leyendas que decoran el anverso y reverso de las mismas: Al-Madhi es nuestro imán, La dirección de Dios es la dirección o El bienestar está en la santidad.
El tesorillo se descubre en el transcurso de unas obras en el casco urbano de Priego (madinat Baguh), dentro de cuatro recipientes cerámicos formados por los cuerpos recortados (sin cuello ni asa) de cuatro redomas, y en un contexto de necrópolis, lo que ayudaría a preservarlo de movimientos de tierras imprevistos. Las dataciones radiocarbónicas efectuadas a niveles de incendio de estos arrabales apuntan a que fue el saqueo y conquista de Fernando III en 1225 la causa inmediata de la ocultación.
De confirmarse esta misma fecha como la de ocultación del tesorillo (o una anterior), el conjunto sería un lote numismático almohade no contaminado, sin otras monedas exógenas similares (nazaríes, meriníes, hafsíes). Del mismo modo, posee un valor estadístico excepcional por su volumen, ya que entre las miles de monedas conservadas en el museo se hallan piezas raras, fraccionadas o recortadas o nuevas cecas (Cartagena, Priego o Mallala). En definitiva, las mayores expectativas de aumentar cualitativamente nuestro conocimiento de la moneda almohade (empleo del cúfico, marcas de ceca, perforaciones, decoraciones complementarias, usos talismánicos...).
Mientras llega el día que se restaure este conjunto numismático excepcional y se proceda a su análisis detallado, terminamos con otros versos alusivos al momento del hallazgo, a consecuencia del cual se abrieron diligencias judiciales que acabaron con los obreros descubridores sentados en el banquillo:
Los tesoros son funestos,
en pucheros o en cazuela,
es mejor se futbolista
o acertar una quiniela
Artículo de Rafael Carmona Avila, Arqueólogo Municipal de Priego de Córdoba y Director del Museo Histórico Municipal