Las termas romanas halladas en Torreparedones, ubicadas en la parte oriental, constituyen “otra gran joya del yacimiento” según palabras del profesor de la Universidad de Córdoba, Ángel Ventura, ya que se trata de uno de los edificios de este tipo mejor conservados de la península ibérica.
Con el objetivo de consolidar y poner en valor estos restos, el Ayuntamiento de Baena solicitó una subvención de los fondos Lidera a través del Grupo de Desarrollo Rural, Adegua, que fue aprobada por la nueva junta directiva en su primera reunión. La inversión total del presupuesto para llevar a cabo estos trabajos asciende a 199.005,19 euros de los que 164.467,19 serán financiados con cargo a esta subvención de la Asociación para el Desarrollo del Guadajoz.
La intervención en el edificio se hace necesaria ya que según el proyecto redactado por el arquitecto restaurador, máster en patrimonio histórico y museógrafo, José Manuel Reyes, estas termas romanas “se encuentran en un estado de ruina y requiere de medidas urgentes para su conservación”. Reyes hace hincapié en que “se trata de un conjunto patrimonial termal excepcional y la actuación propiciará la preservación del mismo”.
Los trabajos que se llevarán a cabo en esta primera fase de consolidación, según el proyecto de Reyes, consta de varias actuaciones sobre los restos arquitectónicos. El especialista en patrimonio histórico indica en la memoria que en primer lugar se abordará “la consolidación de fábricas de mampostería, pavimentos y revestimientos verticales”. Explica que “en esta primera fase, sobre los muros del recinto de las termas se eliminarían restos de vegetación parasitaria y se acometerán retacados, reposiciones puntuales de mampuestos que mejoren la estabilidad constructiva y consolidante superficial, con materiales adecuados a la tipología constructiva del monumento”.
Una segunda actuación estaría dirigida a la contención y consolidación del muro oeste. Reyes indica que se “encuentra en estado de ruina”. Así estos trabajos consistirían “en primer lugar en la retirada de los rellenos de la excavación arqueológica depositados en la ladera que están sobrecargando el muro innecesariamente”. Seguidamente “tras un levantamiento planimétrico exhaustivo del mismo se acometería un refuerzo estructural a base de un muro de contención de hormigón armado y un trasdosado empleando los mismos mampuestos y sillares, recuperando la imagen original mediante anastilosis”. Este muro ‘adicional’ se ejecutaría en los ocho metros centrales mientras que en los extremos se consolidaría “la fábrica de mampostería romana” y sobresaldría unos centímetros sobre la cota del talud natural para evitar la entrada de agua al recinto. El restaurador puntualiza que “en los tramos de muro romano a consolidar y sin construcción del muro de hormigón adicional hay que tener muy presente que el muro original deberá asumir la carga de contención, por lo que se deberá prestar especial atención a la hora de validar tramos específicos”.
La tercera actuación está destinada a la evacuación de aguas pluviales. Para las escorrentías, Reyes indica que “se construirá en el trasdós un canal de desagüe con una rejilla registrable lo que facilitará las labores de mantenimiento”. Para minimizar el empuje de las aguas provenientes del subsuelo “se dotará al trasdós de un relleno a base de grava drenante”. El arquitecto explica que “el canal de desagüe, de hormigón armado, terminará en una arqueta de registro y de esta saldrá un colector enterrado de 350 mm para la evacuación hasta zonas sin restos arqueológicos”.
Los muros y paramentos verticales serán objeto de la cuarta actuación prevista en el proyecto de consolidación de la termas romanas. En estos trabajos “se procederá al retacado de juntas de los muros a base de mortero respetando el original”. Reyes especifica que “en aquellas zonas donde sea necesario reponer con mampuestos para garantizar su estabilidad, los retacados quedarán rehundidos al menos 1,5 centímetros, para establecer una clara diferenciación entre la fábrica original y la repuesta”. También se procederá al fijado de los revestimientos originales.
En cuanto a los paramentos horizontales “se acometerá la fijación de la solería existente” ya que algunas losas se encuentran sueltas y “serán enumeradas e inventariadas, reparada la base y la posterior recolocación”. El arquitecto y experto en patrimonio histórico estima que estos trabajos de consolidación tendrán una duración de cinco meses.
Concluye que las termas orientales de Torreparedones “debieron construirse en la primera mitad del siglo I después de Cristo, durante el principado del emperador Tiberio, sufriendo una reforma parcial en la época de Flavio-Trajano, entre los años 60-125 después de Cristo, quedando abandonadas a finales del siglo II”.