El Subsector de Tráfico de la Guardia Civil, en diversos puntos de verificación establecidos durante la pasada feria de Nuestra Señora de la Salud de Córdoba, controló a un total de 4.789 conductores/as de los cuales 103 arrojaron un resultado positivo en alcoholemia y seis en drogas.
Además en seis casos de los 103 conductores que arrojaron un resultado positivo en la prueba de alcoholemia, se ha tenido que instruir diligencias como supuestos autores de un delito contra la Seguridad del Tráfico (conducir bajo los efectos del alcohol), al superar la tasa de 0,60 mg/l en aire.
En los restantes 97 casos, la Guardia Civil denunció a los conductores por infracción al Reglamento General de Circulación, por superar la tasa de 0,25 mg/l en aire, para conductores con más de dos años de permiso de conducción y 0,15 mg/l en aire, para los conductores noveles, sin alcanzar lo que supone incurrir en infracción penal.
En lo que respecta a conducir bajo los efectos de bebidas alcohólicas, la noche que más alcoholemias positivas se detectaron fue la del 28 al 29 de mayo, en la que efectivos de la Guardia Civil, pertenecientes al Subsector de Tráfico de Córdoba, detectaron un total de 66 alcoholemias positivas.
Los conductores que fueron denunciados por infringir el Reglamento General de la Circulación se enfrentan a una sanción a establecer por la DGT y a la detracción de entre 4 y 6 puntos.
Por otro lado, a los que se les han imputado delitos contra la seguridad vial por superar la tasa de 0,60 mg/l en aire se enfrentan a penas de prisión de entre 3 y 6 meses y a la retirada del permiso de conducción entre 1 y 4 años.
La Guardia Civil recuerda que el consumo de alcohol afecta a la conducción de distintas formas: aumentando el tiempo de reacción, ocasionando problemas de coordinación, una peor percepción de la distancia, problemas de visión y de atención, así como un incremento de la somnolencia. Asimismo, en el 27% de los accidentes registrados en 2020 el principal factor concurrente era el alcohol.
Sobre ello, resaltar que según los últimos datos del Instituto Nacional de Toxicología, el 49% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico tenían presencia en sangre de alcohol, drogas o psicofármacos.