La Unidad de Neurología del Hospital Universitario Reina Sofía pone en marcha una nueva técnica que permite detectar ictus de causa desconocida. Concretamente, las profesionales de Enfermería del Laboratorio de Neurosonología han puesto en marcha el ‘Test de microburbujas’ que ayuda a diagnosticar si el paciente presenta un foramen oval permeable o FOP (orificio de comunicación entre las dos aurículas del corazón). Esta comunicación se está convirtiendo en una de las causas potenciales detectadas con mayor frecuencia en el ictus de origen indeterminado (sobre todo en paciente jóven), que supone entre el 30 y el 40% de los casos de ictus registrados.
Según destaca una de las enfermeras responsables, Ana Giráldez, “en la última década la detección de FOP se está convirtiendo en una de las causas potenciales detectadas con mayor frecuencia en el ictus de origen indeterminado”. Hasta hace poco tiempo, el diagnóstico de FOP sólo se realizaba mediante la técnica de ecografía transesofágica con contraste, que es una técnica invasiva realizada por Cardiología. “Desde hace un año y medio, gracias a la formación que hemos realizado, a la elaboración de un protocolo y al desarrollo de un pilotaje, ofrecemos un diagnóstico mediante una prueba no invasiva, rápida e inocua a los pacientes con sospecha de ictus por FOP”. Desde que se pusiera en marcha la nueva técnica, las enfermeras han realizado el test en 287 ocasiones, siendo positivos 114, lo que se traduce en que 173 personas que han sufrido un ictus no han tenido que someterse a una técnica invasiva gracias al diagnóstico obtenido con el nuevo procedimiento.
Estos resultados, según valora la otra enfermera responsable, Isabel Pérez, “son muy satisfactorios porque permite a las enfermeras facilitar y agilizar la orientación diagnóstica y la toma de decisiones, ser parte activa en el equipo multidisciplinar”. Además, “es muy importante el trabajo previo que hemos realizado a través del pilotaje con 50 pacientes, lo que nos ha permitido cotejar los resultados entre el test de microburbujas y los obtenidos con las técnicas tradicionales que se venían utilizando, evidenciado la coincidencia y eficacia de esta nueva técnica”.
Gracias a la puesta en marcha de esta técnica por parte de las enfermeras del laboratorio de Neurosonología, los pacientes sometidos a test de microburbujas cuyo resultado es negativo no tienen que realizarse pruebas invasivas como la ecografía transesofágica. Para ello, las enfermeras realizan el test de microburbujas a los pacientes que han sufrido un ictus por causas desconocidas. Esta técnica consiste en inyectar al paciente un contraste salino agitado (con burbujas de aire). Posteriormente, mediante una ecografía transcraneal se confirma si existe o no paso de microburbujas de aire desde la cámara cardiaca derecha a la izquierda, detectando así la existencia o no de comunicación entre ambas (a través del FOP).