El IPBS vuelca la experiencia de sus Equipos Técnicos en un manual “pionero” para la intervención familiar
El Instituto Provincial de Bienestar Social (IPBS) ha aprobado un Manual de Intervención Familiar de los Equipos Técnicos de Servicios Sociales Comunitarios, con el objetivo de “mejorar la eficacia de las intervenciones profesionales y sistematizar el procedimiento, unificando criterios a nivel provincial para la valoración, derivación e intervención, para garantizar la mejor atención a las personas destinatarias”.
Así lo ha explicado el presidente del IPBS, Francisco Ángel Sánchez, que ha avanzado que este manual “pionero a nivel andaluz y nacional y su implementación futura en las distintas Zonas Básicas de Servicios Sociales se alinean con la apuesta decidida por consolidar el Servicio de Atención a la Familia como una prestación garantizada de los Servicios Comunitarios, y espero que pueda ser emulado por otras administraciones”.
Se trata de un documento “técnico con el que el IPBS pretende homogeneizar el servicio que se presta y favorecer el aprendizaje y el intercambio entre las distintas Zonas de Trabajo Social Básicas de Servicios Sociales”, que va acompañado de un protocolo y una guía de implementación que concretará los pasos a seguir durante el proceso de intervención.
El presidente del IPBS ha señalado que, de cara a la implementación del manual, “contemplamos una fase inicial durante este 2022, para alcanzar la consolidación del mismo en 2023; posteriormente pasaremos a una fase de evaluación y revisión técnica en 2024 para incorporar las modificaciones necesarias, ya que se trata de un documento vivo que se nutrirá con el aprendizaje constante”.
En concreto, el manual ha sido elaborado por una Comisión de Intervención Familiar, constituida por nueve profesionales de las tres disciplinas profesionales (Psicología, Educación Social y Trabajo Social), y ha sido sometido a una amplia revisión en el marco de unas jornadas en las que ha tomado parte toda la red de profesionales del IPBS. Este hecho “nos garantiza una mirada transversal al documento, que incorpora aportaciones relacionadas con problemáticas concretas como son las adicciones y otras situaciones de riesgo de desprotección o exclusión social”.
Herramienta innovadora y actualizada
Sánchez ha destacado que tanto el manual como el procedimiento propuesto suponen “una iniciativa pionera e innovadora, ya que no suelen existir guías de estas características en el campo de los Servicios Comunitarios, que definan con tanto detalle el procedimiento de valoración e intervención individual y familiar que se debe realizar con los distintos colectivos a los que se atiende”.
Se trata, además, ha continuado Sánchez, de un manual “muy actualizado, que parte de unos principios básicos comunes a nivel legislativo y técnico y de un diagnóstico de la población destinataria, de los distintos casos que suelen encontrarse los Equipos de Técnicos de Servicios Sociales Comunitarios y de las casuísticas concretas de cada uno”.
Por ejemplo, el manual define y distingue entre menores en situación de vulnerabilidad, menores en situación de riesgo de desprotección, personas y familias en riesgo de exclusión social, personas y familias en situación de urgencia, emergencia social o violencia, y personas o familias en situación de crisis vital o familiar, así como las distintas causas que suelen ir asociadas a los diferentes casos.
Además, el documento establece la organización general del Equipo de Servicios Comunitarios, con funciones comunes y específicas de los distintos perfiles profesionales, y establece una propuesta de tanto con otros equipos del IPBS (Equipos de Tratamiento Familiar y Unidad de Adicciones) como con otras instituciones, como las Delegaciones Territoriales de Educación o Salud o los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad.
En cuanto al procedimiento general de intervención, el manual concreta las distintas vías de acceso de los casos que llegan a los Equipos, así como los criterios de detección, canalización y derivación de casos, las distintas fases y técnicas de intervención y los niveles de riesgo y prioridad.
Además, establece el diseño del proyecto de intervención familiar, que debe tener un carácter transversal y tener en cuenta factores económicos, laborales, de vivienda, de salud, de educación y formación, funcionamiento psicológico, competencias parentales o dinámicas familiares. El documento también define cómo realizar una adecuada evaluación del servicio según el número de personas atendidas y sus casuísticas, algo fundamental para incorporar propuestas de mejora por parte de los equipos profesionales. El manual contiene también soporte documental y anexos con documentos de carácter práctico.