La Junta de Andalucía ha liberado un total de 143 ejemplares de perdiz roja (Alectoris rufa) en la finca pública Las Alcornocosas, en Montoro, en una firme apuesta por la conservación de la fauna autóctona. La liberación, en la que han participado el delegado territorial de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente en Córdoba, Rafael Martínez, se enmarca en las acciones contempladas en el Plan de Recuperación del Águila Imperial Ibérica en Andalucía.
Las sueltas, que se están llevando a cabo entre el 19 y 27 de septiembre, forman parte de un conjunto de medidas destinadas a reforzar las poblaciones de presas naturales del águila imperial, una de las especies más emblemáticas de la península ibérica y que se encuentra en peligro de extinción. “Esta acción reafirma el compromiso de la Junta de Andalucía con la preservación de nuestra biodiversidad. Es un esfuerzo constante por asegurar la supervivencia de especies tan valiosas como el águila imperial, que desempeñan un papel crucial en nuestros ecosistemas”, ha señalado Martínez.
Las pérdidas liberadas provienen de la Estación de Referencia de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente en Andújar, garantizando así la calidad genética y sanitaria de los ejemplares. Estas actuaciones, coordinadas por técnicos de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía (AMAYA) y de la propia Delegación Territorial, con el apoyo de los Agentes de Medio Ambiente, han sido diseñadas para fomentar la disponibilidad de presas en territorios de nidificación del águila imperial, cuya dieta se ha visto alterada en algunas áreas debido a la escasez de conejos de monte, habitualmente su principal fuente de alimento.
El delegado territorial explicó que la liberación de estas perdices es fundamental para mejorar la productividad de los territorios de nidificación del águila imperial. “En áreas donde el conejo ha desaparecido o es escaso, hemos observado que el águila ha tenido que diversificar su dieta, alimentándose de otras especies como córvidos, reptiles, carroña e incluso perdices. Esta suelta contribuye a equilibrar el ecosistema, facilitando a estas rapaces el acceso a presas de calidad”, ha destacado.
El proceso de liberación de perdices, conocido como “suelta dura”, consiste en la liberación directa de los ejemplares en el medio, generalmente cerca de puntos de agua o bebederos, y con la colocación de comederos que ayudarán a las perdices a adaptarse en los primeros días tras su puesta en libertad. Martínez ha subrayado que, gracias a los años de seguimiento de estas aves, se ha constatado su alta tasa de supervivencia, su integración en los bandos locales de perdices y su capacidad reproductora.
“Estamos viendo resultados muy positivos, con pérdidas que no solo sobreviven en el entorno, sino que se reproducen con éxito, reforzando así la población local”, ha afirmado.
Además de la liberación en Las Alcornocosas, la Consejería ha ejecutado sueltas similares en otras fincas públicas de la provincia de Córdoba, como Los Boquerones en Villaviciosa de Córdoba y Los Caños en Hornachuelos. Próximamente, se realizarán nuevas liberaciones en Vegüeta del Fresno, ubicada en el Parque Natural de Cardeña y Montoro, y en la finca privada El Cotillo, con la que la Junta de Andalucía tiene un convenio de colaboración.
La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, a través de su Plan de Recuperación del Águila Imperial Ibérica, lleva años trabajando en la mejora del hábitat de esta especie, impulsando acciones que tienen como objetivo la recuperación de la población de águilas y la mejora de todo el ecosistema en el que se desarrolla. “La conservación del águila imperial no es un esfuerzo aislado. A través de la recuperación de sus hábitats y presas naturales, estamos asegurando la salud de los ecosistemas completos en los que interactúan, lo que tiene un impacto positivo en otras especies y en la calidad medioambiental en general”, ha añadido.
En ese sentido, el delegado territorial ha resaltado el compromiso firme y continuo de la Junta de Andalucía con la conservación de la fauna andaluza. “Nuestro deber es asegurar que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de la riqueza natural de esta tierra. La biodiversidad no es solo un legado, es una responsabilidad compartida”, ha concluido.