Más de 700 pacientes se han beneficiado ya de la biopsia por fusión para detectar tumores de próstata
En Andalucía, el IMIBIC y el Hospital Reina Sofía lideran la investigación en esta técnica que facilita un diagnóstico más preciso para poder aplicar tratamientos personalizados
La Consejería de Salud y Familias cuenta con una línea de trabajo clara para impulsar la medicina de precisión, también denominada medicina personalizada, que aborda la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades teniendo en cuenta el material genético del paciente, su estilo de vida, etc. Esta línea de trabajo, que se recoge explícitamente en la nueva Estrategia de I+D+i en Salud 2020-2023, cuenta con investigaciones destacadas por todo el territorio andaluz.
En el caso de Córdoba, el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (IMIBIC) y el Hospital Universitario Reina Sofía están trabajando, a través del grupo GE05, en la investigación para la mejora del diagnóstico del cáncer de próstata, para, a partir de ese diagnóstico, personalizar el tratamiento que se ofrece al paciente. En este sentido, aplican una técnica denominada biopsia prostática de fusión, que combina imágenes de resonancia magnética y ecografía. Se trata de una de las herramientas más precisas que existen en la actualidad para la detección de este cáncer tan prevalente en la población masculina.
Esta tecnología permite fusionar imágenes que proporcionan la resonancia y la ecografía por co-registro de imágenes con un sensor o mediante software de fusión elástica para que ambas tengan una total coincidencia y esto ayude a realizar la punción en el punto exacto donde existe la lesión sospechosa de cáncer de próstata. Precisamente, su principal aportación es la mayor exactitud en la punción de lesiones sospechosas de pequeño tamaño, con un porcentaje más alto de diagnósticos. La prueba se ha venido realizando en la Unidad de Investigación Clínica del IMIBIC y ha derivado en varios trabajos presentados en congresos y publicaciones.
La determinación del antígeno prostático de superficie, conocido como PSA, a través de una analítica y el tacto rectal son las primeras pruebas que se realizan a los pacientes con sospecha de cáncer de próstata. El siguiente paso es hacer una biopsia para confirmar o descartar la existencia de células malignas que. en la actualidad. se apoya en la información proporcionada por la resonancia magnética.
Según explica el director de la Unidad de Urología del Hospital Reina Sofía, Francisco Anglada, "en el caso de la biopsia de fusión, el procedimiento es el siguiente: los urólogos solicitamos una resonancia magnética a aquellos pacientes con sospecha de cáncer y con la evaluación de los radiólogos, tras realizar esta prueba, determinamos el grado de sospecha tumoral. Después, las lesiones sospechosas son marcadas en la resonancia magnética y se vuelcan al ecógrafo. Ambas imágenes se fusionan en el nuevo ecógrafo y permite al profesional ir tomando imágenes en tiempo real, que se superponen a las que previamente se tienen de la resonancia". Toda la información es recogida en una base de datos con el fin precisamente de comparar la rentabilidad de la biopsia dirigida (con fusión de imágenes) frente a la biopsia sistemática (que se hace clásicamente), para determinar y cuantificar su aportación en la práctica clínica.
El cáncer de próstata es el segundo tumor más frecuente en hombres (el primero en países desarrollados), representando aproximadamente el 20% del total de los casos de cáncer, si excluimos el de piel no melanoma. En Córdoba, la incidencia es muy parecida a la del conjunto de Andalucía, 103 casos nuevos por cada 100.000 hombres (uno de cada 12 hombres tendrá cáncer de próstata antes de los 75 años). En España, cada año aproximadamente se detectan 33.370 nuevos casos de cáncer de próstata (124 por 100.000 varones), una tasa algo superior a la andaluza. En general, esta tendencia es similar en otros países de Europa, donde también en los países del norte la incidencia es mayor que en el sur.