Descubriendo la Subbética: Los Búnkeres del Alamillo en Luque
Esta zona del entorno de Luque fue fortificada por los nacionales, en prevención de posibles ataques que pudieran provenir de las fuerzas que el Gobierno de la República mantenía fieles en la provincia de Jaén
“El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Esta acertada frase del refranero popular nos hace retrotraernos hasta finales de los años 30, cuando una Guerra Civil enfrentó a las gentes de España en un conflicto armado que también afectó a la Subbética cordobesa y del que a día de hoy, todavía se conservan vestigios en algunos municipios.
Una de estas formaciones heredadas de la Guerra Civil la encontramos en el término municipal de Luque. Los búnkeres del Alamillo son unas fortificaciones militares situadas en las inmediaciones de la antigua estación del tren de la localidad, ancladas estratégicamente a ambos lados de la carretera N-432 que une las ciudades de Córdoba y Granada.
Estos elementos arquitectónicos fueron construidos tras la estabilización del frente en el mes de diciembre de 1936. Toda esta zona del entorno de Luque fue fortificada por los nacionales, en prevención de posibles ataques que pudieran provenir de las fuerzas que el Gobierno de la República mantenía fieles en la provincia de Jaén. Según consta en unas inscripciones, los búnkeres del cerro del Alamillo fueron construidos por la 20 Compañía de Zapadores.
Cada fortín se alza en lo alto de un cerro rodeado de olivos y se estructura en torno a un recinto defensivo central (casamatas) levantado en hormigón, del que parten conducciones subterráneas que comunican con diversos nidos de ametralladoras que vigilan prácticamente en todas las direcciones.
Desde hace ya varios años, el Ayuntamiento de Luque, en colaboración con la Diputación de Córdoba, trabaja en la puesta en valor de estos búnkeres que son testigos excepcionales de un conflicto civil que azotó a España durante casi tres años. El consistorio luqueño firmaba en 2010 un convenio de cesión de los terrenos con el propietario de los mismos. Desde entonces, se ha llevado a cabo diferentes actuaciones para su conservación y puesta en valor.
A día de hoy, los búnkeres del Alamillo son un recurso turístico y patrimonial más de Luque. Los visitantes pueden caminar por sus trincheras, recorrer las galerías subterráneas y conocer de primera mano lo que fue esta zona de frontera del 36 al 39.
Desde la Diputación de Córdoba, también se ha diseñado una ruta de senderismo de 1,3 kilómetros, incluida dentro del proyecto ‘Paisajes con Historia’, a través de la cual se puede descubrir, aprender y disfrutar de estos Búnkeres del Alamillo.