Este cortijo de principios del S.XX fue derruido en el año 2010

Misterios de la Subbética: La inquietante historia del Cortijo de los Asombros de Priego

Los vecinos de la zona lo han considerado siempre un lugar maldito habitado por las almas torturadas de los que allí fallecieron

En prácticamente todos los territorios existen leyendas populares que hablan de fantasmas, psicofonías, ruidos extraños o incluso presencias relatadas por testigos que afirman con rotundidad haber vivido fenómenos paranormales en primera persona. La Subbética cordobesa no iba a ser menos. Hoy os traemos la inquietante historia que guarda el Cortijo de los Asombros de Priego de Córdoba.

Derruido en el año 2010, este cortijo fue considerado un lugar maldito desde el momento de su construcción en torno a los años 20 del pasado siglo. Estaba situado a la salida de Priego en dirección Lucena, camino de Zagrilla por el llamado Carril de Quiroga.

Según recuerdan algunos vecinos, sus dueños se ahorcaron en un árbol de aspecto fantasmagórico que existía en la finca. A partir de esas fechas se han venido produciendo una serie de acontecimientos extraños que han despertado el interés de los más curiosos.

Las primeras manifestaciones constatadas empezaron a registrarse al final de la Guerra Civil española (1939). Durante la contienda bélica, parece ser que el cortijo sirvió de refugio. El nombre se lo dieron los habitantes de la región, haciendo alusión a las numerosas historias de ‘aparecidos’ que acontecían en el lugar.

Se hablaba de la presencia de un duende semejante a los conocidos como ‘martinicos’, frecuentes en la mitología castellana y andaluza. Ataviados con hábito franciscano, perturban la mente de los humanos haciendo que las cosas cambien de sitio, encendiendo y apagando candiles o anunciando falsas desgracias que desesperan hasta la muerte a quienes las escuchan.

Los ahorcamientos en los árboles próximos al cortijo eran frecuentes. Considerado un lugar que atraía especialmente a los suicidas, siempre llamó la atención  por las frecuentes nieblas y la ausencia de pájaros en sus alrededores. La explicación racional que se daba a esa anomalía estaba  fundamentada en las inquietas fuerzas telúricas (aguas subterráneas) que existen en el lugar.

A pesar de ir preparados para asumir ese tipo de fenómenos extraños, los últimos propietarios renunciaron a su adquisición, pues llegaron a experimentar en varias ocasiones postergheists como los relacionados con las casas encantadas: puertas que se abren y cierran solas o caídas de cuadros sin causa aparente.

Los campesinos evitan pasar por aquellos parajes, ya que lo han considerado siempre un lugar habitado por las almas torturadas de los que allí fallecieron. Dentro del cortijo, son muchos los testigos que han afirmado haber escuchado ruidos de gentes, llantos de niños o voces llamando a sus familiares. Según algunas investigaciones parapsicológicas La temperatura, dentro de la casa era de sólo 3.5º C. Se afirma que durante la grabación de algunas psicofonías, el termómetro llegó a registrar una bajada de hasta 5º C en apenas en unos segundos.

A día de hoy, apenas quedan señales del cortijo en sí. Sea leyenda o no, más vale andarse con mil ojos si te acercas a la zona. Quién sabe si las almas de las personas allí fallecidas aún pululan por este lugar maldito más propio de una película de terror que de la realidad.

Referencias: Artículo de Milagros Soler para www.culturaandalucia.com