Ocho castillos que visitar en la Subbética cordobesa
Desde La Voz de la Subbética hemos querido hacer una selección de los ocho castillos imprescindibles que debes conocer (y visitar) en nuestra comarca
La comarca de la Subbética es sinónimo de cultura, de naturaleza, de gastronomía y de historia. Este territorio ha tenido un gran protagonismo a lo largo de los siglos. La Subbética fue en su día tierra de fronteras entre musulmanes y cristianos, de ahí su riqueza cultural influida por las diferentes culturas que estuvieron por la zona.
La Subbética fue un territorio clave en la batalla como bien atestiguan los diversos castillos que se conservan hoy día y a través de los cuales podemos conocer un poco mejor la historia de sus municipios.
Desde La voz de la Subbética hemos querido hacer una selección de los ocho castillos imprescindibles que debes conocer (y visitar) en nuestra comarca:
Castillo de Zuheros
Esta fortaleza escavada en la roca ocupa una posición privilegiada sobre un enorme risco. Fue edificado por los árabes en el siglo IX, y actualmente alberga restos de un palacio de estilo renacentista, desde el cual se pueden observar impresionantes panorámicas de uno de los pueblos catalogado entre los más bonitos de España.
El castillo de Zuheros pudo tener su origen durante la dominación musulmana aunque las estructuras arquitectónicas conservadas en la actualidad no permiten afirmar este hecho, ya que ha sufrido varias reformas a lo largo de su historia. Tenía el nombre de Sujayra el cual es el motivo del nombre actual del pueblo Zuheros.
Esta fortaleza junto con las murallas de la villa es un buen ejemplo de fortificación bajomedieval que podría encuadrarse entre mediados del siglo XII y mediados del XIII. En el siglo XVI se edificó el palacio de los señores de Zuheros con un estilo renacentista, cambiando parte de la fisionomía del castillo y de la puerta de entrada. En la actualidad aún son visibles los excelentes muros de piedra de grandes sillares, tanto de la fortaleza inicial, como del Palacio posterior.
Castillo de Priego de Córdoba
El Castillo de Priego es una fortaleza árabe reformada en los siglos XIII y XIV después de la reconquista cristiana. De carácter esencialmente militar, es austero, como corresponde a las razones defensivas que marcaron su origen.
La fortaleza está formada por un perímetro amurallado, flanqueado por torres cuadrangulares y una cilíndrica. En su entrada principal, existe un corredor de acceso con dos arcos de herradura apuntados, enmarcados por un alfiz, con portón al exterior y ranura para el deslizamiento de un rastrillo.
La Torre del Homenaje está catalogada como Bien de Interés Cultural y fue declarado Monumento Nacional en 1943. Tras la restauración acometida en los últimos meses en la que se ha invertido más de 450.000 euros, el recinto vuelve a estar abierto al público desde el pasado mes de agosto.
Castillo de Iznájar
De origen árabe da nombre a la localidad, derivando del sustantivo “hisn” (castillo) y del adjetivo “al-ashar” (alegre). El castillo se alza sobre el gran promontorio desde el que se divisa el conjunto de la población, siendo un claro ejemplo de los castillos roqueros de la época de Al-Andalus. Presenta una planta en forma de triángulo, truncado por su lado nordeste, con su lado mayor mirando hacia el sur y con un gran espacio central.
No fue hasta el siglo X cuando se configuró la planta que actualmente presenta. En el XI se elevaron los muros que rodean el patio de armas y se construyó un primer recinto que fue reforzado en el período nazarí abarcando el actual barrio de la Villa.
El castillo se transformó como vivienda del administrador del duque de Sesa en el siglo XVIII manteniendo esta función hasta el siglo XX, siendo adquirido a sus últimos propietarios (el Conde de la Revilla y hermanos) por el Ayuntamiento en 1991 pasando a formar parte del patrimonio local.
Castillo de Luque
El Castillo de Luque tiene su origen en las postrimerías del Emirato Omeya (S.IX). A finales del siglo IX sería conquistado por el rebelde muladí Omar Ben Hafsun y su aliado Ibn Mastana, los cuales lo fortificaron y lo convirtieron en el centro de sus operaciones.
Durante unas décadas estará siendo conquistado y reconquistado por el emir y por los rebeldes. Volvería a ser importante tras la descomposición del Califato, al ser frontera por dos de las taifas formadas en la zona. Fernando III el Santo lo conquistó en 1240 y lo convirtió en plaza fuerte contra el poder de la media luna, ya que se mantuvo en territorio fronterizo durante más de 100 años. Los restos que hoy se conservan son principalmente del S. XIII.
Este castillo está constituido por dos torres, una al norte y otra al sureste, con un recinto adosado, unidas por diversos lienzos de muralla ocupando en su totalidad una superficie de 490 metros cuadrados. Actualmente se encuentra cerrado al público a la espera de su restauración y consolidación.
Castillo de los Condes de Cabra
El Castillo de los Condes de Cabra fue levantado por los musulmanes sobre construcciones romanas. Fue conquistado por San Fernando y sufrió diferentes reformas en época cristiana, siendo de gran importancia en las campañas bélicas de Umar IBn Hafsum y los califas de Córdoba.
La Torre del Homenaje, su estructura más peculiar, con más de 20 m de altura, se volvió a levantar en 1515. Los condes de Cabra convirtieron el castillo en su residencia a partir del siglo XVI, pasando a ser en la centuria siguiente convento de franciscanos capuchinos, monasterio del que ha quedado un claustro con bellas arquerías de estilo mudéjar, así como una iglesia, en la que se conserva una obra de Valdés Leal, "La Visión de San Francisco", de 1672. Actualmente la mayor parte del castillo está englobado entre las construcciones del colegio de las Madres Escolapias.
El castillo era la estructura principal y más importante del sistema defensivo de Cabra, compuesto por murallas salpicadas por torres. El espacio que ocupa es grande, destacando un patio de armas capaz de albergar varios miles de soldados. De su pasado como monasterio ha quedado un claustro con bellas arquerías de estilo mudéjar.
Castillo de Carcabuey
Se eleva sobre un promontorio rocoso que domina el pueblo y al que le da su nombre, el Cerro del Castillo, en el que se han encontrado restos y vestigios de ocupación humana en todos los periodos históricos. Nos podemos remontar en el tiempo hasta, al menos, el Bronce Pleno como lo atestigua el hallazgo de una espada de bronce (1200 a C) conservada actualmente en el Museo Británico de Londres o una urna de cerámica del tipo Cruz del Negro (800 a C) que se halla en el Museo Histórico de Priego de Córdoba.
La planta del recinto es un polígono irregular de 12 lados, adaptada a la agreste orografía del lugar. La fortaleza cuenta con cinco torres distribuidas a lo largo de la muralla, de las que dos son cuadradas y tres circulares, en el interior del recinto amurallado aún se conserva la torre del homenaje. En la parte alta del patio de armas encontramos la ermita de la Virgen del Castillo, construcción del s. XVIII en la que alberga la imagen de la Virgen del Castillo, patrona de la localidad.
Este castillo no es adscribible a un único periodo histórico; escenario de complejos avatares políticos y religiosos, de duras batallas y, también de leyendas singulares, los restos que hoy conocemos son el resultado de numerosas construcciones, demoliciones y reconstrucciones.
Castillo del Moral de Lucena
Esta fortaleza medieval declarada Bien de Interés Cultural se encuentra ubicada en pleno centro de la ciudad. Su parte más antigua fue construida durante los siglos XI y XII, época de esplendor de la Lucena judía. Actualmente alberga el Museo Arqueológico y Etnológico de la localidad, donde podrás encontrar una serie de salas donde conocer, entre otras cosas, la evolución cultural y física del ser humano o la transformación de Lucena hacía la modernidad a lo largo de los años.
La fábrica es de planta cuadrada con torres en las esquinas. Entre estas últimas destaca la torre del Moral, de planta octogonal y que conserva su cubierta barroca, y la torre del Homenaje, celda que fue del rey granadino Boabdil el Chico, capturado en la batalla del Martín González a manos del regidor lucentino Martin Hurtado.
Castillo de Doña Mencía
El Castillo de Doña Mencía dispone de una planta rectangular, con cubos en las esquinas y con torres rectangulares en los dos centros de los costados más cortos. Los cubos son macizos y las torres huecas, con bóvedas de ladrillo en forma cónica; la única sana es la de levante, a la que se puede entrar.
La fortaleza ocupa aproximadamente 1.000 m2. La construcción se encuentra integrada en el casco urbano de la localidad, lo que ha ocasionado que sólo su parte norte, final de conjunto urbano, sea la que se mantenga, el resto tiene edificios adosados e incorporados.
El Castillo de Doña Mencía fue construido por le Mariscal Don Diego Fernández de Córdoba. A día de hoy se conservan los testeros este y poniente, el costado norte, una de sus torres circulares y la torre del homenaje.