El Cajasur Priego se fue con la sensación de que el resultado fue engañoso en la ida de los cuartos de final de la ETTU Cup ante el Sporting Club de Portugal. Cayó 1-3 en un partido en el que en todos los puntos tuvo opciones de victoria. De hecho, en el global del marcador también se registra un 8-9 en cuanto a sets que, tal vez, refleja mejor lo que se vio en un Centro de Tecnificación repleto de público como en los mejores tiempos.
Por eso, no se puede decir que la eliminatoria está finiquitada o que las puertas de las semifinales se le han cerrado al representativo de la Subbética cordobesa. De hecho, sólo hay que recordar que con el Istres pasó lo mismo en la ida y luego en la vuelta se obró una gesta histórica. La misma que buscará el equipo insignia del Real Club Priego dentro de dos semanas en Lisboa.
El partido comenzó con un Carlos Machado imperial en los dos primeros sets. Arropado por su gente en el Centro de Tecnificación, se mostraba muy superior a Abidoun. Y así comenzó la tercera manga, donde se situó con un 3-0 a favor. Entonces, el banquillo del Sporting pidió un tiempo muerto y el partido cambió.
Al nigeriano le empezaron a correr las derechas y, al mismo tiempo, Machado se sintió incómodo hasta el punto de que fue fraguando una remontada que al final cristalizó. El desenlace fue la medida exacta de lo que suponía el partido ante un rival de Champions. Cualquier error, se cobra muy caro.
De hecho, pareció calcarse en el segundo compromiso. El joven Han frente al experimentado Quadri también se saldó con un 2-3. El nigeriano comenzó pisando fuerte, si bien el oriental no se amedrentó. Fue fiel a su estilo y eso le llevó a ilusionar al Centro de Tecnificación, puesto que se puso con un 2-1 a su favor. Sin embargo, Quadri echó mano de sus años en la élite para remontarle y encarrilar, como mínimo, el partido.
Paradójicamente, llegaba el duelo con más morbo de la noche. Silva frente a Carvalho, el luso que juega para el Cajasur en la Superdivisión. Y en esa cita se vio a un Silva colosal, ofensivo y ofreciendo puntos para el deleite de la grada. La igualdad fue la tónica dominante, si bien dio la sensación de que Silva llegó más fresco a los puntos definitivos. Así, Silva jugó con la necesidad de Carvalho y trasladó el punto de la esperanza para el Cajasur.
El siguiente punto ofrecía la singularidad de que siete años atrás fue uno de los esperados por Carlos Machado. Y es que el cruce le deparaba a Aruna Quadri, su verdugo en su única aparición en unos Juegos Olímpicos. Entonces, el nigeriano se impuso y desde Priego se esperaba la revancha. El pleito no comenzó bien, puesto que Quadri ganó por 11-3. Sin embargo, eso espoleó a Machado para devolvérselo en la segunda manga.
Con las cartas sobre la mesa, las fuerzas se nivelaron en la tercera manga, en la que un parcial de cuatro puntos para Quadri le dejó a un set de la victoria en la eliminatoria. Es decir, Machado estaba contra las cuerdas y más en el arranque de la cuarta manga, en la que se vio con un 0-3. Y pidió tiempo muerto para paliarlo, pero no fue posible. Quadri cerró el partido, pero no la eliminatoria.