Del 2 al 5 de agosto se ha celebrado la VII edición del Festival Nacional de Jazz de Priego de Córdoba “JAZZÁNDALUZ” en una cita que volvía a su calendario original, en el primer fin de semana de agosto, y a su emplazamiento por excelencia después de dos años reubicado en el recinto ferial por motivos sanitarios, el Recreo de Castilla o Huerta de las Infantas.
Para esta ocasión se ampliaba el programa con un día previo en el que la banda de dixieland los Choco’s Hot Seven realizó un concierto itinerante nocturno deteniéndose en diferentes puntos de la localidad y que repetía este año, gracias a la Red Andaluza de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Junta de Andalucía, inundando con su sonido New Orleans las calles de Priego, y provocando la espontánea participación de bailarines de swing venidos de diferentes lugares.
El Festival ha vivido esta VIIª edición como la de consolidación y avance, recuperando su esencia más genuina a través de la experiencia adquirida y una apuesta decidida de la organización y del equipo aportado por la Asociación Cultural Jazz P.C. por lograr que se convierta en una de las citas culturales ineludibles ya no sólo en Priego de Córdoba sino de toda Andalucía.
El jueves día 3, la Huerta de las Infantas acogía la segunda cita del programa, la actuación de la joven trompetista y vocalista catalana Alba Careta y su grupo, que interpretó temas propios incluidos en los tres discos con los que cuenta, entremezclados con los de otros compositores catalanes, compañeros de aprendizajes en tierras holandesas, acariciando al público con su aterciopelada voz y el excelente acompañamiento de su banda, integrada por Lucas Martínez (saxo tenor), Roger Santacana (piano), Giuseppe Campisi (contrabajo), y Josep Cordobés (batería).
La tercera cita de este año estuvo protagonizada por el contrabajista vasco Pablo Martínez Caminero, con su particular versión del jazz flamenco o flamenco jazz, que estuvo acompañado para la ocasión por Moisés Sánchez al piano y Marc Miralta a la batería.
Una inolvidable actuación llena de matices en la que realizó un recorrido por temas ya clásicos en sus repertorios, como El 13 de la suerte, la preciosa balada Soleá de Gasteiz, incluida en su Lo OFNI (Objeto Flamenco no Identificado), al igual que la seguirilla Calavaza el original Sound test; los tanguillos dedicados a Perico Colina; y la versión de la bulería Alcázar de Sevilla, de Paco de Lucía, concluyendo con la no menos original Propina.
Y para echar el telón de esta edición del Festival Nacional de Jazz, el sábado, Antonio Serrano ofrecía uno de los mejores conciertos que se recuerdan en la localidad con un homenaje a Toots Thielemans, el extraordinario armonicista belga cuya carrera.
Su actuación, en la que estuvo acompañado por Albert Sanz al piano y silbido, Toño Miguel en el contrabajo, y Esteva Pi a la batería, fue un exquisito repaso a algunos de los temas más representativos de Toots, entre ellos, Bluesette, Harmonica rag, la conocida Don’t be that way de Benny Goodman, Skylark, la icónica I shall not be moved y la archiconocida Sunny Day, sintonía del programa infantil de televisión Barrio Sésamo, para concluir con todo un himno, When the saints go marching in, con el que un público ya entregado por completo se animó en los coros para cerrar una mágica noche.
Como actividades paralelas, se celebraron miniconciertos, previos a los conciertos principales, en un segundo escenario como recibimiento al público, el primer día con una formación de músicos de la asociación sevillana de jazz, Assejazz, liderados por el flautista Manuel Morillo, el segundo con músicos de la granadina Ool-Ya-Koo, liderados por el saxo alto Carlos Ligero y la tercera noche con músicos de la propia asociación Jazz P.C. con el guitarrista Alein Steinbert como invitado, bandas que posteriormente a los conciertos del primer escenario, abrieron las jam session que se prolongaron hasta la madrugada.
No olvidar que durante todo el fin de semana estuvieron expuestas en las Carnicerías Reales las obras de la IV Convocatoria Mail Art/Arte Postal Jazzándaluz, que vuelve en esta ocasión a crecer en número de trabajos y calidad de los mismos y con participación una vez más de artistas venidos de todos los puntos del globo.
Jazzándaluz mantiene de esta manera su alto nivel artístico y, cada vez más, se abre hueco entre los festivales de jazz que se realizan durante el verano en todo el territorio nacional, convirtiéndose en un atractivo fundamental para la oferta turística de Priego de Córdoba y en una forma de contribuir cada vez más al desarrollo económico del municipio.