‘Ciudad, dulce hogar’. Ese es el lema elegido por Cruz Roja para la campaña impulsada en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente –que se conmemora hoy 5 de junio-, una iniciativa que tiene como objetivo poner de relieve los pequeños cambios que cada ciudadano puede hacer para cuidar el medio ambiente.
Se trata de “hacer hincapié en las acciones locales en ciudades y comunidades de las cuales formamos parte y conseguir así que las personas de nuestro entorno tomen conciencia de aquellos actos que realizan de forma cotidiana en su día a día y que pueden resultar nocivos para el medio en el que viven”, explica Fernando Justa, voluntario de Cruz Roja Juventud.
Además, esta campaña -en el marco de la cual se llevarán a cabo actividades en Córdoba, Rute y Puente Genil- también tiene el objetivo de sensibilizar a la población en materia de pobreza energética y su relación con el medio ambiente y el cambio climático.
No en vano, el cambio climático ejerce un impacto negativo en la economía, la vida de las personas, las comunidades y los países. Así se recoge en la Agenda 2030 de la ONU sobre el Desarrollo Sostenible y en el Acuerdo de París, dirigido a establecer planes climáticos para lograr reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Los responsables últimos de las emisiones somos todos, empresas, administraciones públicas, organizaciones no lucrativas y ciudadanos, y su impacto afecta en mayor medida a los colectivos más vulnerables.
Por esta razón, Cruz Roja Española ha lanzado este año un llamamiento contra el cambio climático y la pobreza energética, ‘Comprometidos con las personas y el medio ambiente’. “Esta iniciativa pretende fomentar la corresponsabilidad de Cruz Roja, la sociedad civil y las empresas sobre el cambio climático y la lucha contra la pobreza energética”, según apunta Sara Casas, técnica del Departamento de Formación y Medio Ambiente de la organización.
“Trabajaremos para que cada Asamblea de Cruz Roja conozca las emisiones de GEI que genera, establezca un plan de reducción de estas emisiones, y compense las que no se puedan reducir, financiando proyectos de lucha contra la pobreza energética”, indica Casas.
La pobreza energética es la incapacidad de un hogar de satisfacer una cantidad mínima de servicios de la energía para sus necesidades básicas, como mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (18 a 21ºC en invierno y 25ºC en verano, según los criterios de la Organización Mundial de la Salud). Aproximadamente, unos 4,5 millones de personas podrían estar en riesgo de pobreza energética en España.
La situación es más preocupante en el caso de las familias atendidas por Cruz Roja. Según el Boletín número 11 sobre la Vulnerabilidad Social, el 41,4% de los hogares no puede mantener su vivienda con una temperatura adecuada durante los meses fríos. Y, del 22% de las personas atendidas que señalan problemas para sufragar gastos de la vivienda, un 42,2% señala no poder pagar el alquiler, y el 14,8% no hace frente al pago de la hipoteca desde hace algún tiempo.
La pobreza energética afecta a la salud, al desempeño académico de los menores, disminuye los contactos sociales, dificulta la búsqueda de empleo y obliga a las familias a entra de la disyuntiva alimentación o calefacción, tener que hacer frente al pago de suministros energéticos puede significar disminuir el gasto en alimentación.
Para hacer frente a esta situación, Cruz Roja Española desarrolla diversos programas de emergencia social que se dirigen a la cobertura de las necesidades básicas y al apoyo a las familias para afrontar las situaciones más graves a las que se ven sometidas.
“Con este llamamiento ‘Comprometidos con las personas y el medio ambiente’, que tiene una duración inicial de tres años, esperamos trabajar en toda España con más de 12.000 familias en situación de pobreza energética al año, dotándolas de recursos para mejorar la eficiencia energética de su hogar”, indica Sara Casas.