El año hidrológico en la cuenca del Guadalquivir ha finalizado con una precipitación media registrada de 507 litros por metro cuadrado (l/m²), un 17% inferior a la media anual de los últimos 25 años, que se sitúa en 608 l/m².
Según se desprende del Informe elaborado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el año hidrológico 2020-2021 que finalizó ayer ha sido más seco de lo normal, destacando los meses de diciembre, marzo y mayo como especialmente secos y enero como algo más lluvioso de lo normal.
Desde el punto de vista de la distribución espacial, las zonas donde se han registrado las lluvias más abundantes han sido la cabecera del río Guadalquivir y el sur de la provincia de Jaén. No obstante, con carácter general, ninguna provincia ha alcanzado la pluviometría media si atendemos a la precipitación recibida en el conjunto de los embalses.
En relación a las aportaciones a los embalses, las precipitaciones registradas en los últimos doce meses han generado unas aportaciones a los embalses de 1.633 hectómetros cúbicos (hm³), lo que supone una disminución del 57% respecto a la aportación media de los 25 años anteriores (3.818 hm3).
El nuevo año hidrológico, que comienza hoy, parte con un volumen embalsado de 2.187 hm³, lo que representa el 26,9% de la capacidad total de embalse (8.115 hm3), mientras que el volumen medio embalsado a 1 de octubre durante los veinticinco años anteriores se sitúa en 3.842 hm3 (un 47,3% de la capacidad actual de embalse). Es decir, el nuevo año hidrológico arranca con un déficit respecto a la normalidad de 1.655 hm3 que, en porcentaje de ocupación respecto a la capacidad de embalse, supone un 20,4%.
A pesar de estos déficits, con las reservas de agua actualmente almacenadas el abastecimiento a la población está garantizado a medio plazo (2 – 3 años).