La sociedad del S.XXI avanza a un ritmo acelerado atropellada por los avances tecnológicos. Y es que en apenas unas décadas, hemos vivido una transformación en todos los sentidos movida fundamentalmente por el nacimiento de internet, un hito que sin duda ha supuesto el nacimiento de una nueva era.
Esta revolución tecnológica ha supuesto la creación de nuevos empleos y profesiones, así como la desaparición de otras muchos. Hoy día nos es familiar hablar de trabajos como community manager, youtuber, desarrollador de apps o programador informático, algo inimaginable para nuestros antepasados.
En cambio, en los S. XIX y XX existían en los municipios de la Subbética una serie de profesiones o puestos de trabajo que, la gran mayoría de la población actual, ni siquiera han escuchado que existiesen en el pasado.
En el Archivo Municipal de Luque, por ejemplo, existen documentos donde se habla de profesiones como amanuense, agrimensor, cosario o albéitar. En concreto, se trata de una lista de niñas matriculadas en la escuela de la localidad donde aparecen los nombres y profesiones de sus padres.
Por hacernos una idea, la profesión de amanuense era una especie de copista o escribiente, el agrimensor de la época era una especie de topógrafo actual, el cosario era un mercador o transportista de encargos y el albéitar lo que hoy conocemos como un veterinario.
Otro de estos trabajos curiosos que existía en la localidad de Luque era el de peatón. Estas personas eran las encargadas de llevar con un mulo el correo de la Estación de Luque a la localidad, y viceversa. Junto a estas profesiones aparecen otras hoy día desaparecidas como herrador o castrador.
La sociedad avanza, cambia y se transforma a un ritmo vertiginoso. Probablemente muchas de las profesiones que desempeñamos actualmente desaparezcan dentro de no muchos años dando paso a otras que hoy día parecen inimaginables.
