Conocida tradicionalmente como la ‘Cueva de la Silera’, este conjunto de cuatro galerías subterráneas excavadas en la roca está situada a unos 1.500 metros al sureste del municipio de Benamejí.
Se trata de una interesante construcción de origen medieval, construida en la segunda mitad del S. XVI para fines de almacenaje de productos agrícolas. Tiene planta de cruz griega, y sus pasadizos cuentan con más de treinta metros de largo y unos tres metros de alto por más de dos metros de ancho.
El techo es de bóveda ojival y las paredes de todas las galerías están recorridas por un total de 80 vanos también con arcos en ojiva tallados en la caliza. En cada uno de los arcos que constituyen las paredes del yacimiento se presume que estaban encastradas vasijas para el almacenaje, de las que se han hallado también algunos fragmentos.
En Andalucía no se tiene conocimiento de almacenes similares, lo que hace del yacimiento de La Silera un caso único. Es probable que esta cavidad sirviese para almacenar vinagre, pues se cree que, al menos hasta el S. XVIII, era el producto más adecuado a las características de la actividad agrícola de estas tierras. También pudo servir para almacenar aceite, pues las fuentes documentales hablan de la existencia de un molino ubicado en la zona.
Al final de las galerías existen pasajes tapiados y accesos en escala hacia habitáculos superiores, posibles accesos originales. Por la proximidad al castillo de Gómez Arias, puede guardar relación con el primitivo asentamiento de Benamejí, a los pies del castillo. Ya en los siglos XIX y XX, al tratarse de una cavidad que siempre ha sido conocida, han sido diversas las funciones para las que se ha usado: desde refugio para el ganado hasta, según testimonios orales de la zona, escondite de bandoleros.
Durante la Guerra Civil Española, la cueva de la Silera también sirvió de amparo tanto a los combatientes de la zona como a la población del entorno. Desde el año 2012, esta cavidad está declarada como Bien de Interés Cultural.