El Ayuntamiento de Lucena, el Servicio de Inspección de la Delegación Territorial de la Educación y el IES Juan de Aréjula han celebrado la reunión prevista desde hace un par de semanas para abordar el futuro inmediato de las clases prácticas del ciclo formativo de Cocina y Gastronomía.
La decisión, acordada por consenso, podría conllevar el regreso inmediato del alumnado a las cocinas que venían utilizando en el edificio de la avenida Blas Infante hasta que comiencen las obras de reforma contratadas por el Consistorio, un plazo que puede rondar alrededor de un mes según estipulan los trámites administrativos.
El acuerdo de utilizar de forma provisional las cocinas habituales cuenta con el correspondiente informe técnico favorable, además el arquitecto municipal presente en la reunión ha avalado esta opción dado que el espacio del edificio que viene ocupando el ciclo formativo, excepto un aseo, no se ha visto alterado por los problemas de humedad y filtraciones de agua detectados el pasado curso, a raíz de los cuales tanto el propio ciclo formativo como la Escuela Oficial de Idiomas -sus aulas se localizan en el área más dañada del inmueble- tuvieron que trasladar sus clases por precaución.
En función del acuerdo adoptado, el ayuntamiento actuará de inmediato para acotar y delimitar bien la zona del edificio a usar por el alumnado y el profesorado durante sus clases prácticas a fin de asegurar que la formación se desarrolle en condiciones óptimas de seguridad y “sin peligro” en un edificio “sobre el que no pesa un informe de ruina ni nada por el estilo”, según ha manifestado la concejal de Educación, Encarnación Camacho, quien ha remarcado que “esta opción, entre las que se han barajado, era la preferida por los profesores del ciclo porque son unas cocinas que conocen y que se adaptan a sus necesidades y cuyo uso no acarrearía gastos económicos extraordinarios para el instituto”.
En cuanto al lugar donde se desarrollarán las clases prácticas durante el periodo de obras, la decisión final se adoptará más adelante y se sustentará en la opinión del profesorado, que decidirá entre las opciones posibles qué cocinas reúnen las mejores condiciones para impartir las clases prácticas mientras duren los trabajos de reforma del edificio, que se pondrán en marcha con un plazo previsto de dos meses. En este sentido, el encuentro ha servido para aclarar que “será el propio instituto, con ayuda o no de la Consejería, quien asuma el coste económico del traslado, nunca el ayuntamiento”, ha precisado la edil de Educación.
La ronda de reuniones celebradas culminaba con un encuentro con el alumnado de ambos cursos del ciclo formativo de Cocina y Gastronomía, que conocían a través del director del centro las decisiones adoptadas.