La Agrupación de Protección Civil de Lucena desarrolla este viernes el reparto de la segunda remesa de unas 6.000 mascarillas de tela que desde hace una semana vienen confeccionando alrededor de medio centenar de costureras voluntarias. Estas mascarillas de protección personal se están distribuyendo entre la población local a través de las tiendas de barrio, panaderías, fruterías, farmacias y estancos de la ciudad, a donde el pasado martes llegaron el primer lote también de 6.000 mascarillas. Los agentes policiales de los diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad de Lucena también han recibido estas mascarillas.
Pero la cadena de este trabajo voluntario no queda aquí. Ya ha comenzado la confección de una segunda remesa de mascarillas con la previsión de repartir la semana que viene otros 6.000 ejemplares, quedando el resto –hasta completar la cifra de 25.000 mascarillas, el objetivo a conseguir— para los días posteriores a la Semana Santa.
Este movimiento de voluntariado en torno a la confección de las mascarillas representa una de las numerosas respuestas que la sociedad lucentina está impulsando para hacer frente en Lucena al Covid-19. Y si bien estas mascarillas no están certificadas para uso sanitario, sí sirven de ayuda a muchos ciudadanos para adoptar las precauciones recomendadas a la hora de trabajar, salir de casa a efectuar las compras imprescindibles o en el cuidado de familiares mayores.
Desde el Ayuntamiento de Lucena, se agradece “el enorme esfuerzo altruista y generoso de las numerosas personas que intervienen en la confección de las mascarillas: desde las empresas que aportan y cortan las telas, las mercerías que donan los complementos necesarios y las lavanderías que las desinfectan hasta las propias costureras y las personas responsables de los establecimientos donde se reparten a sus clientes”. Toda esta improvisada línea de montaje textil está coordinada en la logística por el grupo de personas voluntarias que integran la Agrupación de Protección Civil.
Por último, se solicita a la ciudadanía un comportamiento responsable en la retirada de las mascarillas, primero para solicitar sólo el número imprescindible pensando en que otras personan si pueden tener prioridad en su uso, y en segundo lugar, para no salir con prisas en su búsqueda.