La intensificación de la agricultura en el último siglo ha empobrecido las comunidades vegetales y animales en las zonas agrícolas. La intensificación de la agricultura es, por tanto, una de las principales causas de pérdida de biodiversidad a nivel mundial. Muchas especies que llevaban siglos habitando en zonas agrícolas se han visto gravemente perjudicadas. Es lo que le ha ocurrido al sisón y a la avutarda en el sur de España, dos especies emblemáticas de las zonas agrícolas andaluzas.
Estas dos especies de aves están asociadas a zonas de cultivos anuales, como el trigo, y a ambientes abiertos formados por pastizales. Sin embargo, según ha comprobado un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba a través de los datos facilitados por el Corine Land Cover (una base de datos que permite ver cómo cambian los usos del suelo), en las últimas dos décadas en Andalucía las áreas dedicadas al olivar han aumentado en 115.000 nuevas hectáreas en el área de distribución de estas especies. Y esto tiene consecuencias para las aves estudiadas ya que el olivar es un cultivo perenne, no anual. Además, el olivar intensivo, frente al tradicional, tiene mucha densidad de arbolado. Estas características acaban generando un hábitat inadecuado para el sisón y la avutarda que prefieren ambientes más abiertos.
El sisón y la avutarda también necesitan áreas extensas en las que los cultivos cubran superficies continuas y en las que su hábitat más favorable no esté interrumpido, pero, como se ha comprobado en la investigación que se ha publicado en la revista Bird Conservation International, los nuevos olivares interrumpen la extensión de los cultivos anuales, por lo que el hábitat de las aves no es continuo, sino que se va fragmentando y se va volviendo cada vez más discontinuo.
De esta forma, estas aves están perdiendo cantidad y calidad de su hábitat, lo que podría afectar a la distribución y abundancia de sus poblaciones. Algo que viene a agravar aún más su situación, ya que según el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas, el sisón y la avutarda son dos especies amenazadas en Andalucía, declaradas vulnerables y en peligro de extinción, respectivamente. Y a nivel nacional, el sisón está catalogado como en peligro, mientras que la avutarda lo está como casi amenazada según el Libro Rojo de las aves de España que publicó en 2021 SEO/BirdLife.
Como explica José Guerrero Casado, investigador del Departamento de Zoología de la UCO participante en el estudio, “es necesario tomar medidas para preservar los hábitat de estas aves” ya sea evitando implantar olivares en zonas sensibles para las dos especies, como las zonas de nidificación o de reproducción, o replanteando la utilidad de las IBAs, esto es, Áreas Importantes para las Aves y la Biodiversidad establecidas por Bird Life international como un reconocimiento a zonas que se deberían conservar para proteger a las poblaciones de aves, pero que no está acompañado de normativas que regulen su protección. De hecho, este estudio ha demostrado que miles de hectáreas de olivar han sido plantadas dentro de las IBAs que fueron diseñadas con el fin de proteger el hábitat de la avutarda y el sisón entre otras especies.