Los servicios de Pediatría y Radiología del Hospital Universitario Reina Sofía emplean una técnica para inmovilizar al bebé y evitar el uso de fármacos sedantes en determinados neonatos a los que es necesario realizarles una resonancia para establecer su diagnóstico o tratamiento, en la mayoría de los casos en pacientes con patología neurológica, convulsiones neonatales y/o sospecha de malformación cerebral
Concretamente, el equipo de profesionales ha utilizado el colchón de vacío, un método novedoso que utilizan pocos hospitales de tercer nivel del país, en 15 recién nacidos hospitalizados en la unidad de Neonatología desde que comenzaran a emplearla en abril del pasado año. En todos los casos, los pacientes estaban estables al realizarles la prueba, presentaban un peso superior a los dos kilogramos y una edad inferior a los tres meses de vida.
Según destaca el personal de Neonatología, la preparación del bebé incluye la protección auditiva y visual para evitar los estímulos sonoros y luminosos, así como la alimentación, para favorecer la instauración del sueño en el recién nacido. Para llevarlo a cabo es importante el trabajo en equipo de la Enfermería y de los técnicos de cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) y técnicos especialistas en radiodiagnóstico (TER), y, siempre, procurando la implicación de los padres y madres.
Tras realizar una inmovilización con las sábanas se coloca en el colchón de vacío que es muy fácil de usar, ya que solo requiere la evacuación del aire mientras se va ajustando con las manos alrededor del cuerpo para que el bebé quede ajustado e inmóvil. Después se realiza la resonancia, siempre con el paciente monitorizado.
Los buenos resultados del uso de esta técnica han llevado a los profesionales a presentar una comunicación que ha sido recientemente premiada en el II Congreso Andaluz de Seguridad del Paciente, celebrado los días 14 y 15 de junio de 2023 en Granada. Y es que, hasta la fecha, los resultados de la prueba han sido excelentes: se ha evitado la administración de fármacos sedantes en 13 de los 15 recién nacidos (86%), lo que muestra la disminución del riesgo del paciente neonato a la exposición a dichos fármacos y aumenta la seguridad del paciente. Además, no ha sido necesario repetir la resonancia en ninguno de los casos.
Asimismo, entre las conclusiones los y las autores señalan que es un procedimiento factible, seguro y eficiente, posiblemente reproducible en otras edades de la infancia precoz y aplicable en otras pruebas diagnósticas y localizaciones. Los profesionales sanitarios animan a otros centros a la implantación de su uso de forma protocolizada y multidisciplinar para mejorar la seguridad del paciente.