Nuevamente, el cerro del Minguillar ha sido el lugar elegido para la edición XXIV de la campaña “Una Andaluza, un Árbol”. Se trata de un terreno municipal con una orografía empinada y un suelo con una escasa vegetación natural.
Las especies plantadas han sido; taraje, fresnos, algarrobos, encinas y coscojas, todas producidas en el vivero forestal que gestiona GRODEN-Ecologistas en Acción y ubicado en los huertos sociales del Zambullo. Además en los últimos años se viene proporcionando plantones a los agricultores y centros de enseñanza que lo solicitan.
En las próximas semanas y durante todo el verano los voluntarios llevaran a cabo tareas de mantenimiento para garantizar la supervivencia del mayor número de árboles.
En el término de Baena, los manchones y linderos de los caminos están siendo sistemáticamente eliminados para ganar más terreno para cultivos de olivos, afectando incluso a zonas de titularidad pública. Muchas veces son los únicos espacios forestales que quedan en zonas de vegas y campiña y aportan los últimos refugios para la fauna silvestre, además de generar beneficios ambientales como corredores ecológicos, espacios de recreo y esparcimiento, de diversificación paisajística en ámbitos agrícola y de control de la erosión.
La acción es simbólica y reivindicativa, pero a la vez se pretende llamar la atención sobre las posibilidades de reforestación que muchas zonas públicas merecerían, destacando los beneficios socioambientales de estas acciones, entre los que están el control de la erosión, el incremento de la biodiversidad, el contribuir a atenuar los efectos del cambio climático global, la recuperación para la población local de estos espacios y la generación de trabajo, entre otros muchos.
El espacio natural cerro del Minguillar forma parte del convenio que GRODEN-Ecologistas en Acción firmó con el ayuntamiento de Baena en el año 2008 para realizar actividades de educación ambiental. Sin embargo, últimamente ha sido tomado por grupos de motoristas que producen un ruido ensordecedor, especialmente cuando ascienden por las elevadas pendientes del cerro, donde dejan evidentes cicatrices que erosionan y deterioran el suelo.
Hay que recordar que la cumbre del cerro forma parte de un yacimiento y el paso de las motos de cross afecta directamente a la cobertura vegetal y al sustrato estratigráfico dañando los microregistros arqueológicos, en la que existen pequeños pero importantes restos materiales. Al quedar esta zona desprovista del manto herbáceo se agudiza la erosión y la pérdida por distribución de los restos arqueológicos.