El Hospital Universitario Reina Sofía realiza el primer trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos –de células del propio paciente- en domicilio. La Unidad de Hematología del hospital ha llevado a cabo este nuevo hito en el programa de trasplantes del centro que aporta grandes ventajas para el paciente relacionados con su calidad de vida y recuperación. La directora gerente del hospital, Valle García, ha presentado este programa denominado TAD –Trasplante Autólogo Domiciliario-, junto a la directora de la Unidad de Hematología, Concepción Herrera, y las responsables del programa, la enfermera Laura Romero y la hematóloga, Estefanía García. También han estado presentes los dos primeros pacientes en beneficiarse de esta técnica.
En junio de 2020 Mercedes recibía el diagnóstico de mieloma múltiple y, tras varias sesiones de quimioterapia en el Hospital Infanta Margarita, decidió someterse al trasplante autólogo domiciliario el pasado 8 de enero de 2021. Cinco días después, recibía el alta y ha podido afrontar en el domicilio todo el periodo de bajada de defensas que se produce tras el acondicionamiento y su recuperación. Hasta esa fecha, el Hospital Reina Sofía realizaba todo el proceso del trasplante con el paciente ingresado en el hospital.
Según explica la responsable de Hematología, Concepción Herrera, “este tipo de trasplantes está indicado para diagnósticos de mieloma y linfoma. En nuestra unidad, la tendencia de los últimos años en el número de trasplantes autólogos es creciente, pasando de 23 casos en 2015 a los 36 registrados en 2019. En principio, todos ellos podrían beneficiarse de este nuevo programa si cumplen los requisitos relacionados con el cuidador y el entorno domiciliario, aunque iremos ampliando el programa de forma progresiva”.
En este sentido, para que un paciente sea candidato a incluirse en el TAD tienen que confluir una serie de condiciones como la aceptación del propio paciente, que el grado de autonomía de la persona sea el adecuado, contar con un cuidador responsable las 24 horas del día, que el domicilio se encuentre a menos de 30 minutos del hospital y condiciones relacionadas con las características del propio hogar –conexión telefónica, higiene, etc.-. Si un paciente reside a más de media hora del centro sanitario de referencia, puede alojarse en un piso que la Asociación Española Contra el Cáncer ha cedido para la recuperación de estos pacientes, como ha sucedido con Mercedes, cuyo domicilio se ubica en un municipio de la provincia a más de 30 minutos del Hospital Reina Sofía.
Ventajas
Por su parte, Valle García explica que hasta ahora, los pacientes sometidos a este tipo de trasplante debían permanecer ingresados en el hospital en un régimen de aislamiento medioambiental y social durante tres o cuatro semanas. “Gracias a esta nueva técnica, la calidad de vida del paciente incrementa sustancialmente, ya que afronta la recuperación acompañada de un cuidador, en un entorno más amable y cómodo como es su casa y adaptando las rutinas a sus necesidades –horario de comer, de descanso, apoyo psicológico, etc.- “.
Otra de las mejoras es que la estancia del paciente en el hospital se reduce a los días estrictamente necesarios para la extracción de las células madre que luego se le implantarán, por lo que permanecerá una media de 16 días menos en el hospital para su tratamiento.
La hematóloga Estefanía García y la enfermera Laura Romero son las responsables de este programa y, para poder implantarlo en el hospital cordobés realizaron en 2018 una estancia formativa en el Hospital Clínic de Barcelona, referente en esta técnica. Según explica la doctora García, “quisimos poner en marcha este programa en nuestro centro porque conocíamos las grandes ventajas que aporta tanto para el paciente –atención más personalizada, mejora del entorno familiar, participación activa en el proceso, disminución de riesgo de infecciones, entre otras-, como para el propio hospital”. Así, gracias a este programa el Hospital Reina Sofía ha aumentado la calidad asistencial que ofrece a este perfil de pacientes, ha potenciado la humanización y se optimizan recursos.
El papel de la Enfermería es clave, ya que en estas profesionales recae la mayor parte de la atención al paciente. Según la enfermera Laura Romero “este programa es la esencia de los cuidados de Enfermería, nos permite dedicar mayor tiempo para la valoración de nuestros pacientes y también para su atención”. Así, la Enfermería es la responsable del desarrollo de un plan de cuidados individualizado, la toma de constantes y registros, administración del tratamiento, la extracción de muestras sanguíneas, etc.
Fases
Una vez diagnosticado de mieloma o linfoma, el paciente tiene que recibir su tratamiento de quimioterapia y, tras la valoración de los resultados del mismo, es aceptado para trasplante y se estudia si es o no candidato a beneficiarse del TAD.
De forma paralela, la Unidad de Hematología valora el momento adecuado para la extracción de las células madre del paciente –que se utilizarán para su posterior infusión-. Para realizar este procedimiento, el paciente tiene que ingresar en el hospital unos cuatro días para recibir un tratamiento específico. Tras ello, vuelve a su domicilio y retorna al hospital a la semana para la extracción de las células en la Unidad de Aféresis del servicio de Hematológica. Estas células quedan congeladas y almacenadas en la Unidad de Terapia Celular hasta el momento de la infusión.
Superado este primer escalón, comienza la fase del Trasplante. Para ello, cuatro días antes de la fecha fijada, hay que realizar una PCR para descartar infección por Sars-CoV-2 en paciente y cuidador. Tras los resultados negativos de ésta, ambos ingresan en el hospital y al paciente se le realizan una serie de pruebas y se lleva a cabo el trasplante -infusión de células madre-. Si todo evoluciona de forma normal, al quinto día el paciente y su cuidador pasarían del ingreso hospitalario al ingreso en domicilio.
En domicilio, paciente y cuidador están aislados y sólo reciben la visita de Enfermería para realizar una valoración integral del paciente: la exploración física, revisión de registro y el control que está llevando a cabo el cuidador, etc. Es importante destacar que la enfermera y la hematóloga están en constante comunicación para llevar un control estricto de la evolución.
Igualmente, el cuidador puede contactar de forma directa con el equipo especializado las 24 horas del día. “Si en algún momento se detectara algún tipo empeoramiento del paciente, cansancio del cuidador o cualquier riesgo que pueda afectar a la salud del paciente, éste abandonaría el ingreso domicilio y seguiría su recuperación en el hospital, con un ingreso convencional”, explica la doctora Herrera. Para ello, el programa contempla que cada paciente con ingreso en domicilio tenga una habitación de aislamiento disponible en el hospital para dar respuesta inmediata a las eventualidades del proceso, sin mermar la salud del paciente.
El cuidador, clave
Cristóbal es el marido de Mercedes y en el éxito de su recuperación ha jugado un papel clave. Según han destacado las responsables del programa el éxito del TAD reside en el cuidador porque tiene que ingresar con el paciente, atravesar todas las fases con él y extremar las medidas de higiene y prevención para que la calidad de vida del paciente no se vea comprometida.
En este sentido, el cuidador tiene que estar presente en la mayor parte del proceso, ingresar con el paciente, llevar una detallada e intensa limpieza del domicilio, conocer la nutrición del paciente y preparar los alimentos oportunos, asegurar que la adherencia terapéutica del paciente es la correcta, colaborar con el equipo multidisciplinar que atiende a su familiar y saber detectar cualquier posible complicación.
Según ha explicado el propio Cristóbal “ha sido una experiencia muy positiva que me ha permitido estar cerca de Mercedes, ayudarla en un momento complicado y, la verdad, es que no ha supuesto ningún tipo de dificultad ni miedo porque he estado arropado y acompañado por el equipo sanitario”.
Luis es el segundo paciente que ha recibido esta misma semana el alta médica. En la rueda de prensa ha explicado que “no podía imaginarme que el trasplante me permitiera llevar una calidad de vida como he tenido. He podido comer lo que he querido, cuando he querido e incluso pasear por el campo”. Su mujer, María Araceli, hace un llamamiento a todos aquellos que puedan verse en esta situación “no tengáis miedo, estás todo el tiempo acompañada por los profesionales y te llevas la satisfacción de estar ayudando a tu familiar en uno de los momentos más difíciles”.