El servicio de Microbiología del Hospital Universitario Reina Sofía trabaja desde esta semana 24 horas para agilizar la respuesta en el procesamiento de muestras de personas con sospecha de coronavirus. El objetivo es ofrecer los resultados lo antes posible para identificar los casos positivos y establecer las medidas de protección oportunas, además de reducir la incertidumbre de las personas cuyo resultado finalmente es negativo.
Para ello, la unidad ha elaborado su propio plan de actuación en el que se detallan todos los protocolos y responsables para cada una de las funciones que tienen que realizar, así como los recursos necesarios y el control de stock. En este sentido, destaca especialmente el incremento de la dedicación de los profesionales, sin cuya implicación no se podría llevar a cabo este trabajo, clave en la lucha frente al nuevo coronavirus.
El servicio de Microbiología del Hospital Universitario Reina Sofía es referente en estos momentos para el procesamiento de las muestras (PCR) en la provincia de Córdoba. Estos profesionales analizan cada día entre 250 y 300 muestras de personas con sospecha de SARS-CoV-19, lo que supone que desde que se detectara el primer caso, el volumen de trabajo se ha multiplicado por 10.
El análisis de cada muestra necesita de un trabajo de procesamiento de entre 3 y 4 horas, lo que requiere una gran dedicación, concentración y precisión por parte del microbiólogo, además de la formación específica. Las muestras llegan al servicio de Microbiología en contenedores de bioseguridad y, antes de iniciar el estudio de la muestra, se recogen detalles de recepción del laboratorio, identificación y etiquetado, entre otras.
Una vez finaliza la recepción, los microbiólogos comienzan con el procesamiento. La primera función que se realiza para comenzar con el análisis de la muestra es someterla a un tratamiento previo en condiciones de máxima seguridad biológica. Posteriormente, en el área de Microbiología Molecular se extraen los ácidos nucleicos y, finalmente, la muestra se introduce en un equipo (termociclador) y se lleva a cabo una reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Gracias a esta técnica, los fragmentos de ARN del virus se amplifican y se detecta si la persona a la que pertenece está o no infectada por el nuevo coronavirus.
Gracias a su trabajo, muchas veces callado e invisible, la sociedad conoce los datos de evolución de la pandemia y, sobre todo, se van identificando patrones en el comportamiento del virus.