Los sindicatos CCOO y UGT se han concentrado hoy ante la Subdelegación del Gobierno en Córdoba para mostrar su desacuerdo con la sentencia del Tribunal Constitucional del pasado 16 de octubre que permite el despido objetivo por ausencias intermitentes aunque sean justificadas y que ha generado una gran indignación y alarma social.
Para los sindicatos, esta sentencia tiene su origen en las reformas laborales, cuya derogación han vuelto a reclamar hoy por las desastrosas consecuencias que están teniendo para la clase trabajadoras. Además, consideran que la sentencia es una vuelta de tuerca más porque consagra una preeminencia de la productividad y de los beneficios empresariales frente a los derechos de las trabajadoras y de los trabajadores como pueden ser el derecho al trabajo y a recuperar la salud tras una enfermedad.
En este sentido, la secretaria General de CCOO de Córdoba, Marina Borrego, señaló que “ya no podemos ponernos enfermos los trabajadores y las trabajadoras en las empresas porque es motivo de despido”.
En la misma línea se manifestó el secretario General de UGT en Córdoba, Vicente Palomares, quien dijo que “la irracionalidad llega hasta tal punto que por faltar a trabajar ocho días en dos meses, no siendo derivado de una enfermedad grave, puede ser motivo de despido y eso no es tan complicado de que ocurra en los días que vivimos”.
Por ello, ambos dirigentes coincidieron en la necesidad de derogar las reformas laborales. “Están en contra de todo lo que pueda favorecer a los trabajadores y trabajadoras. Si el empleo era precario y teníamos falta de empleo, ahora esta sentencia derrumba los derechos que habíamos conseguido y que llevamos tantos años peleando tanto CCOO como UGT”, remarcó Borrego, a lo que Palomares añadió que “esta sentencia no es ni más ni menos que la gota que colma el vaso en lo nefasta que puede llegar a ser y que es la reforma laboral. Esa reforma laboral que está empobreciendo a los trabajadores paulatinamente. No sólo los empobrece salarialmente sino que también los empobrece en condiciones sociales.
El responsable de UGT llamó la atención, además, sobre que “esta sentencia tiene un sesgo sexista, una indiscriminación indirecta a la mujer, ya que hoy en día, con la doble carga de trabajo que tiene en su domicilio y en su puesto de trabajo, -porque la sociedad así lo impone-, es más vulnerable todavía si cabe a situaciones de enfermedad, y por tanto, a verse en una situación de despido por faltar a su puesto de trabajo”.
Por otra parte, la secretaria de CCOO reiteró que “vamos a estar enfermos trabajando y vamos a hacer que enfermen el resto de los trabajadores y trabajadoras porque no vamos a poder coger una baja porque vamos a perder el empleo”.
Sobre esta cuestión, Vicente Palomares apuntó que “ahora mismo tenemos que decir que estamos exponiendo a la propia empresa a situaciones indeseables, ya que trabajadores que vayan a su puesto de trabajo con una enfermedad contagiosa no sólo están poniendo en riesgo su puesto de trabajo, sino que también están poniendo en peligro al resto de sus compañeros y la productividad de la propia empresa. Imaginaos a personas enfermas al volante de un vehículo o encima de un andamio. Son puestos de trabajo con suficientes riesgos de por sí como para que encima tengan que verse obligados a estar trabajando enfermos, ya que si no lo hacen perderán su puesto de trabajo. Es algo que perjudica de manera individual al trabajador, machacándolo, y que además puede ser utilizado como una herramienta coercitiva por parte del empresario”.
Por ello, Marina Borrego hizo hincapié en que “es hora de que se forme un Gobierno que derogue la reforma laboral” porque “es hora de que se reviertan los derechos arrebatados, entre ellos, el derecho a la recuperación efectiva.