El potencial alimentario de Andalucía atrae a emprendedores nacionales y extranjeros. Aunque siempre requiere una evaluación técnica y asesoramiento profesional, se trata de una inversión con valor seguro, ya que es un sector poco expuesto. En este artículo, todo lo que hay que saber sobre esta oportunidad de emprendimiento.
Muchos sectores de la economía desearían la estabilidad que ofrece el sector de compraventa de fincas rústicas en Andalucía: basta con ver las cifras del INE para el período 2007-2020 para descubrir que el total de fincas rústicas transmitidas según título de adquisición se mantiene alrededor de 5000 por año y que se recuperó en solo unos meses de la inevitable caída de mayo 2020.
¿A qué se debe el sostenido interés en el sector? ¿Cuáles son las ventajas de esta inversión? Andalucía tiene un medio natural con cualidades inmejorables para las actividades de ganadería y agricultura. Se trata de una de las comunidades autónomas con mejores perspectivas. Además, la rentabilidad, ya sea por alquiler o explotación, y la revalorización de las tierras, son dos factores asegurados en la compra-venta de fincas rústicas en Andalucía.
“Las fincas al ser de un perfil específico y selecto no sufren una caída tan brusca como pueden tener el resto de inmuebles. Son un valor de inversión sin apenas variación en su precio debido a que es un sector poco expuesto”, explican los especialistas de InmoCampo. “Existen numerosas formas de invertir y transformar esa inversión en algo rentable”, aseguran.
Motivos para invertir en una finca rústica en Andalucía
- Estamos ante una comunidad autónoma extensa y diversa. Las provincias y comarcas convierten a esta región en una potencia alimentaria con una enorme diversidad de productos, fruto de su agricultura y ganadería.
- La plusvalía municipal no aplica a los terrenos rústicos. Este impuesto está pensado para los propietarios de inmuebles de carácter urbano en el momento de su venta o transmisión. La excepción al pago lo tienen la transmisión de las fincas rústicas.
- Poca variación de precios. Tal y como hemos mencionado anteriormente, esta es la principal razón que alienta la compraventa del sector. “Las fincas rústicas han sido un activo que no ha sufrido caídas de precios violentas, como ocurre con otro tipo de inmuebles, lo cual es una gran ventaja para los inversores”, indican desde InmoCampo. "Aunque los precios varían, estos van más allá de solo por el número de hectáreas, existen diferentes factores en consideración como lo es la ubicación, las instalaciones hidroeléctricas, el vallado, los accesos a la misma y la privacidad que esta posea”, agregan.
- Las posibilidades y usos de las fincas rústicas son diversas: explotación, arrendamiento, turismo, etc.
- El alquiler de finca rústica está exento de IVA, lo cual facilita su oferta y demanda. La Dirección General de Tributos estipula ciertas particularidades, pero en general, el arrendamiento de finca urbana para explotarla como huerto urbano ecológico, está libre de este impuesto.
- Las fincas rústicas no se ven afectadas por la usura con facilidad. Esto está relacionado a su estabilidad de precios, “por lo que da la sensación de seguridad a quien desea comprar y a los propietarios como tal pues su precio se mantiene en el tiempo y su inversión está garantizada”, opinan los especialistas de InmoCampo.
Un escenario con infinitas posibilidades
Aunque la actividad agraria es la más común, ya que el mercado se presenta positivo en los últimos años, alcanzando crecimientos anuales cercanos al 3,4%, las fincas rústicas se pueden destinar a campiña, vega, olivares, dehesas, secano, regadío, vides, pastos, etc.
“También se pueden utilizar como aulas de conocimiento del medio con finalidades didácticas, de acercamiento a los espacios rurales donde los jóvenes escolarizados puedan entrar en contacto con el medio agrario y conozcan las realidades rurales”, apuntan los especialistas. “Estas fincas pueden ser recreativas, para diverso tipo de ganado, para la caza, agrícolas, etc. Esto es un pequeño ejemplo de la gran variedad de posibilidades a la hora de sacarle el máximo beneficio a tu finca rústica”, explican desde InmoCampo.
Una finca puede albergar bodas, sin problema de aparcamientos y en un entorno excepcional, habilitarse como un campo de golf, ser escenario de un museo de herramientas antiguas de trabajo agrícola, ofrecer un programa rutas de senderismo o paseos explicativos por el campo en los que se vea la vegetación, cultivo y fauna de la zona, etc.
Otra opción es sacar beneficio de la cinegética. El nicho de la caza tiene un número de seguidores muy fiel y se puede vincular a una buena oferta gastronómica.
¿Qué hay que saber antes de comprar o vender una finca rústica?
Como ha quedado demostrado, muchas son las ventajas de invertir en este tipo de propiedades. Sin embargo, como todo emprendimiento, no está libre de riesgos y, por lo tanto, es conveniente tener en cuenta algunas recomendaciones antes de hacer los primeros movimientos.
Siempre que se va a producir una compraventa, es muy importante – por la tranquilidad de ambas partes involucradas en la transacción – solicitar una valoración técnica. Cuando se trata de una finca rústica, este paso es imprescindible y debemos confiarlo a una inmobiliaria de fincas rústicas.
Un profesional realiza una evaluación objetiva y confiable, considerando todas las características diferenciales de la propiedad, estimando su valor real y ofreciendo tanto al comprador como al vendedor una información inestimable para la compraventa.
Solo profesionales con la debida formación y experiencia pueden realizar este trabajo. Ellos aplicarán métodos analíticos, comparativos, estadísticos y medioambientales al visitar la propiedad para evaluar el estado real de las edificaciones, verificar sus tipos y usos, comprobar el posible uso del suelo, etc.
Variedad de precios
El proceso de tasación de una finca rústica es parte de la evaluación técnica y el asesoramiento profesional necesarios para una compraventa en este sector. Debemos disponer información adecuada y suficiente.
“Existen también una gran variedad de precios, siendo las más costosas las fincas rústicas situadas en Andalucía, entre los 400.000 y 5.000.000 euros”, indican desde InmoCampo.
Sin dudas, por todo lo expuesto, estamos ante una oportunidad con la que sueña cualquier inversor.