Cerca de un centenar de personas se beneficiaron durante el pasado año del proyecto impulsado por Cruz Roja en la provincia de Córdoba para prestar atención sociosanitaria a la población que ejerce la prostitución.
Dicha iniciativa permitió durante 2017 que 60 personas en la capital, 16 entre Puente Genil y Lucena y otras 16 en Baena recibieran del voluntariado de la entidad tanto material preventivo e higiénico de diversa índole –preservativos, toallitas, gel lubricante…- como la información y el apoyo sociosanitario y humano que estas requirieron.
A través de este proyecto, que cuenta con financiación de las Consejerías de Salud y de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, la institución humanitaria pretende paliar la exclusión y marginación social que sufren las mujeres (son mayoría, aunque también se da respuesta a las demandas de hombres y transexuales) que ejercen la prostitución, así como convertirse en un punto de referencia y respaldo emocional para ellas.
Asimismo, dada la falta de información que este colectivo tiene acerca de los recursos sociosanitarios a su alcance, Cruz Roja trata de servir de enlace entre lo que necesitan y lo que tanto esta entidad como otras organizaciones e instituciones públicas pueden ofrecerle.
En este sentido, hay que destacar que a lo largo del pasado año se realizaron un importante número de derivaciones a distintos servicios de carácter social, sanitario, laboral o jurídico de la ciudad.
Debido al importante número de personas que ejercen en pisos encubiertos, y al alto grado de aislamiento y de desconocimiento sobre sus derechos que estas suelen presentar, es en esos entornos donde la entidad concentra su labor.
Así, distintos inmuebles de Córdoba, Puente Genil y Lucena han sido visitados periódicamente por el personal de Cruz Roja, unas visitas en las que se intenta realizar una atención social integral.
No obstante, la institución humanitaria ofrece igualmente este servicio en sus dependencias en Córdoba y Puente Genil, así como también en los principales focos de prostitución callejera de la capital, a los que una noche a la semana se acercan voluntarios y voluntarias de la organización con algo de comida y bebida reparadora, material profiláctico y de higiene e información para la prevención de enfermedades de transmisión sexual, al tiempo que se les facilita el acceso al sistema sanitario.
De igual modo, la entidad presta también su apoyo a las meretrices de un club de la provincia. Durante estos últimos doce meses, el personal de la organización atendió a personas de una veintena de países, aunque mayoritariamente de España, Rumanía, Colombia, Ecuador, Nigeria y República Dominicana.
Por edades, la franja mayoritaria es la comprendida entre los 18 y los 49 años, con un reparto casi equitativo entre las de edades situadas entre los 18 y los 34 y las que se encuentran entre los 34 y los 49 años.