La Subbética es conocida internacionalmente por su aceite de oliva, pues las empresas y almazaras de esta comarca son premiadas año tras año en los mejores y más prestigiosos concursos y certámenes. Pero la agricultura de la Subbética no es sólo el olivar.
En localidades como Doña Mencía, Lucena o Cabra también existe tradición vitícola, menos extendida que la del aceite pero igual de reconocida fuera de nuestras fronteras. Y es que los caldos de la Subbética, amparados bajo la Denominación de Origen Protegida Montilla-Moriles, constituyen un valor gastronómico, cultural y turístico muy importante en la zona.
Una forma de conocer de primera los vinos de la comarca es a través de la Ruta del Vino Montilla-Moriles. Esta ruta consiste en la integración de los recursos y servicios turísticos de interés de una zona vitivinícola, con el fin de construir un producto y/o destino turístico a partir de la calidad e identidad del destino, optimizando la comercialización conjunta, el nivel de satisfacción de la demanda, y el desarrollo socio-económico integral del territorio.
El recorrido transcurre por el sur de la provincia de Córdoba y atraviesa 17 municipios entre los que se encuentra tres de la Subbética: Doña Mencía, Cabra y Lucena. Esta zona conserva el encanto de un paisaje dominado por viñedos y olivos, una biodiversidad difícilmente alcanzable en otras zonas vitícolas y acompañado de una gran riqueza histórica, artística y patrimonial de los pueblos que la conforman.
Hoy la Ruta del Vino Montilla-Moriles cuenta con más de 60 empresas asociadas entre alojamientos (hoteles, hostales, alojamientos rurales), restaurantes, tabernas, bodegas y lagares, eno-tiendas, museo del mosto, tonelería, alfarería, etc.
Sin duda, se trata de un complemento más al turismo cultural y patrimonial de la zona. Tanto si eres amante del vino como si te estás iniciando en el mundillo, a través de esta Ruta del Vino Montilla-Moriles podrás descubrir además más de doce productos que se eleboran en esta Denominación de Origen Protegida.
Vinos sin crianza, vinos Joven y de Tinaja, frescos y apropiados para los menos iniciados; vinos de crianza biológica bajo velo de flor, Vinos Fino, Amontillado y Palo Cortado; vino Oloroso de crianza oxidativa o Vino dulce Pedro Ximénez, una infinidad de variedades que constituyen verdaderas joyas de la enología mundial.