Ya está terminada la reforma integral que se ha llevado a cabo en la calle Jesús Obrero. Tan sólo queda que sean los propios vecinos quienes se posicionen sobre si prefieren que se permita el estacionamiento o no. La concejala de Infraestructuras, Mónica Caracuel, cree que la estética de la calle no invita a priori a aparcar. En cualquier caso, ambas opciones son posibles, ya que el acerado está al mismo nivel que el resto de la calzada. Es una solución intermedia, que permite la circulación a pie y el tráfico de vehículos. De momento, el aparcamiento se ha restringido en la entrada y la salida, delimitadas por pivotes en sendos pasos de peatones que hay habilitados.
Según ha matizado Caracuel, la idea inicial sólo era adecentar y embellecer la calle, como se ha venido haciendo en otros puntos de Rute y las aldeas. Sin embargo, se vio la necesidad de arreglar los saneamientos. Por tanto, esta mejora se ha añadido a la prevista en principio del pavimento y el acerado. Las obras forman parte de los planes Profea de 2018. Dentro de esa partida, se ha acometido una actuación similar justo al lado, en las inmediaciones del Pabellón Gregorio Piedra, en la calle Benamejí.
El coste total se ha elevado a 161.234 euros. De esa cifra, 89.944 corresponden a mano de obra, lo que ha permitido 59 contratos, entre encargados, oficiales y peones. Los 71.289 euros restantes han sido para materiales. Los materiales han sido costeados entre la Diputación, la Junta y el propio Ayuntamiento de Rute. La concejala ha explicado que el retraso que han sufrido las obras ha obedecido a la nueva Ley de Contratos de Andalucía. A cambio, ha permitido un ahorro que ronda los cien mil euros, “que se podrán invertir en otras actuaciones”.