Rute es un municipio con una orografía típica de un pueblo que se encuentra en la falda de una sierra. En la localidad, como bien saben los lugareños, predominan las cuestas y las peanas. De ahí que una de las principales apuestas del equipo de Gobierno municipal haya sido el cambio y la mejora paulatina de dichas zonas. Cada año, el Ayuntamiento apuesta por la mejora de una de estas peanas.
Para ello, cuenta con fondos propios y otros procedentes del Plan Provincial de Eliminación de Barreras Arquitectónicas y Actuaciones Extraordinarias en Vías públicas, de la Diputación provincial. En esta ocasión se ha actuado sobre la franja de cien metros lineales que encuentran en el último tramo de la calle Priego o Francisco Salto.
Junto a las actuaciones que se llevaron a cabo en una primera fase, más las de la parte alta, donde se ha colocado una barandilla y se ha adecentado una zona verde, se completan las obras de esta vía. Así, en palabras de la concejala de Obras e Infraestructuras, Mónica Caracuel, se cumple con un doble objetivo. El primero es la mejora de la accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas de las peanas de la calle. El segundo objetivo es de carácter estético, con el cambio de baranda por otras más decorativas y seguras. Por tanto, según Caracuel, se están “mejorando nuestras calles y apostando por la belleza de nuestro pueblo”.
La inversión de la segunda fase de la calle Francisco Salto ha tenido un coste de 14.171,47 euros. Su ejecución se ha llevado a cabo entre finales de julio y principios de agosto. Tras estas obras, las próximas peanas que van a mejorar son las de la calle Nueva. De esta forma, se habrán completado las actuaciones de la mayoría de las peanas existentes en el casco urbano de Rute.