El Hospital Universitario Reina Sofía rinde homenaje a los menores ingresados en el Día del Niño Hospitalizado. Al ritmo de la canción ‘Un beso redondo’, de la artista Conchita, profesionales, familiares y niños han bailado en la terraza del Hospital Materno Infantil en un acto organizado con todas las medidas de seguridad oportunas.
Como cada año, el centro se suma a la celebración de este día que ayuda a visibilizar la importancia de normalizar la estancia de los pacientes pediátricos y de sus familias en el hospital a través de diferentes iniciativas que fomenten la humanización de la asistencia. Para ello, hoy las paredes de la terraza del Materno Infantil se han cubierto de besos que los niños han recortado durante los días previos y, desde allí, los asistentes al encuentro han lanzado sus mejores deseos y cariño a la sociedad en forma de besos al aire.
Además, para recordar este día, los pequeños han recibido un obsequio y han podido degustar brochetas de frutas con divertidas formas, además de helados naturales y saludables elaborados por el servicio de Alimentación y Cocina. Los niños y niñas que, por su proceso de salud, no han podido acudir a la terraza, también han recibido su regalo y, en el desayuno, han disfrutado de las brochetas y helados.
El Hospital Reina Sofía cuenta con una estrategia de humanización, dentro de la que cobra una especial relevancia la atención infantil por el impacto emocional que puede generar la estancia de los menores en un centro hospitalario. Para reducir el estrés y normalizar su paso por el centro, el Hospital Reina Sofía cuenta con una unidad específica de Actividades Motivacionales que forma parte del grupo nacional creado por la Fundación Atresmedia y que tiene como objetivo avanzar en este campo. Esta unidad se encarga de dinamizar el día a día del área infantil y recordarles a las familias y a los más pequeños, a través de actividades, que un hospital también es un lugar donde cumplir sueños (hada de los deseos), jugar con un perro (terapia canina), recibir visitas inesperadas de tus héroes favoritos, escuchar un concierto personalizado o hacer volar tu imaginación dotándote de superpoderes (magia).
Además de estas actividades, la humanización invade todas las áreas asistenciales, que han sabido adaptar su trabajo a los ojos de los más pequeños y diluir las dudas y miedos que una intervención quirúrgica pueda generar en las familias. Ejemplo de ellos son iniciativas como la ruta prequirúrgica para conocer los espacios por los que el niño pasará, los profesionales que le atenderán y los quirófanos; la decoración de todo el centro, especialmente de las salas de pruebas como la de Radiología Infantil, donde Bob Esponja acompaña a los niños que tienen que hacerse una radiografía o el salón de héroes, espacio para jugar en la Unidad de Oncohematología Pediátrica, entre otros.
El hospital cuenta también con el Aula Hospitalaria, donde los maestros ayudan a que los menores ingresados puedan mantener su nivel educativo, de forma que puedan incorporarse a su clase, de forma fácil y fluida sin perder su ritmo de aprendizaje. Además de en el aula, los profesores que trabajan en el hospital acuden a las habitaciones de los niños que no pueden desplazarse por diferentes motivos, para ofrecerles allí su clase habitual, corregir sus tareas o aclarar sus dudas.