Cuando la problemática ambiental acucia y las soluciones políticas vuelven a estar en primer plano, no está de más recordar que pocos actos inciden más en una mejora de nuestras vidas y del propio planeta que una alimentación saludable.
Ese hecho tan cotidiano como necesario, ocupa lamentablemente una posición poco relevante entre nuestras prioridades, siendo como es un instrumento clave para ganar en salud, frenar la erosión sin límites de los recursos naturales y disminuir significativamente la dramática huella contaminante que generamos.
Y con todo este potencial, lo más paradójico es ver como nuestro sistema educativo no lo tiene en cuenta, desaprovechando para ello el espacio central que desempeñan los comedores escolares como templo sobre el que cimentar una estrategia de sostenibilidad desde las edades más tempranas.
Difícil no hacerse esta reflexión tras visionar el documental 'Alimentar el Mañana' de Andrés Muñoz y Josep Bedmar en el Cine Studio de la ciudad de Cabra, en el seno de una jornada organizada por la Asociación de Productores y Consumidores Subbética Ecológica.
Por la pantalla pasan a lo largo de cincuenta minutos un comprometido elenco de pensadores, activistas o comunicadores dispuestos a desgranar la gravedad del asunto y la emergencia de promover un nuevo modelo. Yayo Herrero, Jorge Riechmann, Carlos de Prada entre otros, junto a un conjunto de padres y madres, profesionales de la educación y la cocina, productores, empresas, explican el desafío y la práctica dirigida a recuperar comedores escolares basados en alimentos frescos, sanos y de proximidad.
Si la película es clara y atractiva, más contundente y cercano aun es el relato de las personas que se han dado cita en esta sala de una ciudad tan conectada tradicionalmente con la producción hortícola como es el caso de Cabra. En primera persona, Paula, Ángela, Isabel, Rosa y Ana, directoras y cocineras de escuelas infantiles públicas y privadas de Lucena, Cabra, Priego y Montalbán, cuentan su trayectoria en esta misma senda, con más de una década de experiencia en algún caso.
Para ellas, la concienciación por parte de las familias es esencial, junto a la toma de decisiones por parte del equipo directivo y de cocina de los centros educativos, poniendo rumbo hacia un cambio que impacta positivamente en los hábitos alimentarios de las familias, en la economía y ambiente local.
No parecen ir en esta dirección los gobiernos regionales que tienen la competencia de gestión de los comedores escolares, implicados en un proceso externalizador de los servicios en manos de grandes compañías de catering lo que conlleva en primera instancia el cierre de las cocinas en los propios centros y el fin de los beneficios que ello conlleva.
Los comedores se convierten en comederos para aquellos padres que demandan una alimentación estacional, hecha in situ y elaborada con ingredientes de calidad ecológica y local. Así lo corroboran Gabor Smit, experto en Dietética y asesor de diferentes iniciativas de alimentación ecosostenible, y Manuel Chia, portavoz de la Plataforma por una Alimentación Responsable en la Escuela. Según este último, alrededor del 70% de los comedores escolares andaluces están siendo gestionados bajo este modelo de catering, lo que va en detrimento de la salud de los niños y niñas y desatiende la oportunidad que brinda una alimentación ecosostenible de convertirse en herramienta transformadora desde el punto de vista educativo y el compromiso efectivo con las soluciones a los problemas ambientales a que nos enfrentamos.
El modelo promovido desde las administraciones regionales competentes merma la autonomía de los municipios, padres y equipos profesionales a la hora de implantar otros modelos, por otra parte conectados con una larga historia de alimentación escolar de proximidad y hecha diariamente en la propia cocina del colegio donde los responsables de cocina y comedor son parte activa y muy apreciada por toda la comunidad escolar.
Frenar esta tendencia y revertir los pasos dados deben ser posibles en respuesta a las posiciones que en tal sentido muestran otros actores presentes en la jornada. A ellos se une el interés de algunos representantes municipales como los alcaldes de Almedinillla o Carcabuey, también presentes en la jornada. Este último manifestó su deseo de iniciar un proceso de reversión de los comedores escolares del municipio, pasando de nuevo a tener una gestión local alineada con este compromiso de alimentación eco-saludable para los niños y niñas que acuden a los mismos.
Querer es poder se decían entre los asistentes al final del evento, mientras degustaban productos locales y ecológicos. Creas lo que crees es el eslogan con el que los más de quinientos socios y cincuenta productores/as de Subbética Ecológica celebran el décimo aniversario de la asociación, comprometidos con la agroecología y los valores del Bien Común.
Subbética Ecológica ha organizado esta jornada en el marco de las actuaciones del Proyecto BIOCOR, que busca construir y afianzar modelos ciudadanos de gobernanza alimentaria a través de una red de iniciativas en torno a la producción y el consumo ecológicos. El proyecto cuenta con el apoyo del Fondo Andaluz de Municipios para la Solidaridad Internacional (FAMSI) a través del Proyecto No Planet B, financiado por la Unión Europea.