La sequía que ha afectado a la Subbética cordobesa y prácticamente a buena parte de España durante el ya pasado año 2019 ha afectado y de qué manera de los pantanos y los acuíferos del país. El embalse de Iznájar no iba a ser menos y, antes de las lluvias caídas en la antesala de la Navidad, se situaba a apenas un 30% de su capacidad.
Estas abundantes precipitaciones han posibilitado que el pantano más grande de Andalucía vuelva a ganar agua después de meses de pérdidas. A día de hoy, tras más de diez días aumentando su volumen, se sitúa en torno al 38% de su capacidad con un total de 374 hectómetros cúbicos embalsados.
Durante el pasado mes de octubre llegó a situarse a apenas un 31% con sólo 306 hm3 de agua. La recuperación vivida en estas últimas semanas es más que notable incluso a simple vista. Y es que tanto iznajeños como turistas y visitantes son testigos de cómo el embalse ha ido ganando agua y volumen tras las últimas lluvias.
Pese a ello no hay que lanzar las campañas al vuelo. Y es que la situación no es buena si se compara con otras fechas. Por ejemplo, el año pasado se encontraba a estas alturas del año al 54% de su capacidad con hasta 532 hectómetros cúbicos, prácticamente un 16% más de agua que actualmente. Es más, a finales de diciembre de hace diez años, el embalse se encontraba todavía el mejor situación al 62% de su capacidad y 616 hm3 embalsados, casi el doble que a comienzos de este nuevo año 2020.