Desde su construcción, el Embalse de Iznájar ha sido el alma de este municipio cordobés y acaba de cumplir 50 años desde su inauguración. Por ello, durante los próximos tres meses, la población iznajeña rendirá un gran homenaje a esta obra hidráulica con una decena de actividades donde se incluyen exposiciones, conferencias, concursos deportivos en sus aguas, conciertos… Bajo el lema “Entre agua y olivos”, estos actos conmemorativos ponen en valor el presente, pasado y futuro del Embalse que se ha convertido en uno de los emblemas de la provincia de Córdoba.
El cartel oficial de este cincuenta aniversario fue presentado ayer por el alcalde de Iznájar, Lope Ruiz, y el presidente de la Diputación de Córdoba, Antonio Ruiz, quienes estuvieron acompañados por Isabel Lobato, Primera Teniente de Alcalde de Iznájar, y Antonia Gómez, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Iznájar. Además, todas estas actividades cuentan con el apoyo de la Mancomunidad de la Subbética, Destino Subbética, el Ministerio para la Transformación Ecológica –a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir–, la Junta de Andalucía, Excelencia Iznájar y el Caserío de Iznájar.
Para Lope Ruiz, alcalde de Iznájar, “las actividades que se van a desarrollar durante el otoño serán un reclamo para destacar la historia de lo que ha sido para los vecinos el Embalse de Iznájar. No podemos olvidar que actualmente es uno de los grandes reclamos turísticos de nuestro municipio y de todas las comarcas del sur de Córdoba”.
Entre los eventos más destacados de la programación está una exposición sobre su construcción y el cambio que supuso para el paisaje y paisanaje de las comarcas de la Subbética, un concurso de pintura infantil, recitales de poesía, citas náuticas y deportivas y un homenaje a los emigrantes que tuvieron que desplazarse a otras poblaciones y provincias al construirse el embalse.
Inaugurado en 1969, el Embalse de Iznájar supuso una de las obras de ingeniería más modernas, hasta el momento, realizada en territorio español. Diez años de construcción y toda una aventura para los ingenieros de la época que tenían como máxima regular las aguas del río Genil y de varios de sus afluentes. Para lograr este reto hidráulico se utilizaron más de 1,4 millones de metros cúbicos de hormigón, que en algunos momentos tuvieron que ser enfriados con inmensos trozos de hielo. El Embalse cambió la vida y la imagen del municipio con su extensión de más de 3.000 hectáreas y la construcción de dos inmensos viaductos para unir a las comarcas cercanas que además sirven para comunicar la carretera de Loja y Lucena. En su interior puede almacenar hasta 981 hectómetros cúbicos de agua.
Hoy abastece de agua a más de 200.000 personas y se ha creado un ecosistema natural único. La zona de regadío creció hasta las 65.000 hectáreas y la central eléctrica creada, una de las más importantes de Andalucía, genera hasta 100 millones de kilowatios hora anuales. Además, el Embalse de Iznájar se ha convertido en un motor turístico y deportivo creciendo en sus orillas empresas de deportes náuticos y siendo uno de los lugares de veraneo y de recreo más afamados del centro de Andalucía. Una joya en la que destaca el paraje de Valdearenas con una playa de agua dulce de más de 1,5 kilómetros de largo.
Iznájar, que prestó su nombre a este Embalse, es hoy una península lamida por sus aguas y cuya imagen se ha convertido en una de las instantáneas más bellas de la provincia de Córdoba.