Las altas temperaturas registradas durante las últimas semanas unidas a la escasez de precipitaciones esta primavera ha provocado que el pantano de Iznájar haya comenzado ya con su pérdida de agua embalsada, una tendencia que continuará hasta el último trimestre del año en vistas al periodo estival que se avecina.
El embalse más grande de Andalucía se sitúa a día de hoy al 59,42% de su capacidad con un total de 583 hectómetros cúbicos de agua embalsados. Pese a este descenso natural en el agua contenida, el pantano afronta estos últimos días de mayo en una buena situación.
El pasado año 2018 contenía sobre esta misma fecha un total de 555 hm3 embalsados, situándose al 56% de su capacidad, lo que supone un total de 28 hectómetros cúbicos menos (un 3%) que la situación que atraviesa actualmente.
Los cifras no son tan positivas si se compara la situación con la que se vivía hace diez años. Y es que a estas alturas de mayo, en el año 2009, el pantano estaba al 77% de su capacidad con hasta 762 hectómetros cúbicos de agua, lo que se traduce en un 18% más la situación a día de hoy.